La paz es tomar posición cuando se pisotea la dignidad humana

Domingo, 23 Noviembre 2025 16:34 Escrito por Benedetta Capelli

Ciudad del Vaticano. - Decidir de qué lado estar, seguir ese fuego que Dios ha traído al mundo. El Papa, en la audiencia jubilar en la Plaza de San Pedro, precedida por un recorrido en el papamóvil, recuerda a Dorothy Day, activista estadounidense que cambió su vida tras su encuentro con el catolicismo, dedicándose por completo a los marginados de principios del siglo XX y convirtiéndose en promotora de la reconciliación.

Un fuego que, al encenderse, transforma el corazón y la vida, exhorta a «tomar posición», a esperar un cambio, a modificar la realidad transformando «la indignación en comunión y en acción» para convertirse así en operadores de paz como la periodista Dorothy Day. Es el camino que el Papa León, tras dar una vuelta en el papamóvil entre los fieles, traza en la catequesis de la audiencia jubilar de hoy, 22 de noviembre, en la Plaza de San Pedro, Jubileo de los Coros y Corales. El fuego del que habla es el del amor de Dios que Jesús trae a la tierra y que enciende «el fuego del deseo en nuestros corazones». «En cierto modo —explica el Pontífice—, Jesús nos quita la paz, si pensamos en la paz como una calma inerte». Pero esa «no es la paz de Dios».

    “La paz que Jesús trae es como un fuego y nos exige mucho. Nos pide, sobre todo, que tomemos posición. Ante las injusticias, las desigualdades, donde se pisotea la dignidad humana, donde se silencia a los más frágiles: tomar posición. Esperar es tomar posición. Esperar es comprender en el corazón y demostrar con hechos que las cosas no deben seguir como antes. También este es el fuego bueno del Evangelio.”

Unir la mente, el corazón y las manos

El Papa concreta sus palabras señalando a la «pequeña gran mujer americana» Dorothy Day como ejemplo de alguien que «tenía fuego dentro» y que tomó posición como cristiana ante las injusticias de los trabajadores, los migrantes, los «descartados por una economía que mata», comprendiendo que «el modelo de desarrollo de su país no creaba las mismas oportunidades para todos». Nacida en Nueva York en 1897, se convirtió al catolicismo en 1928 y, unos años más tarde, fundó la revista mensual «The Catholic Worker», que dio lugar al nacimiento de muchas casas de acogida.

    “Escribía y servía: es importante unir la mente, el corazón y las manos. Esto es tomar posición. Escribía como periodista, es decir, pensaba y hacía pensar. Escribir es importante. Y también leer, hoy más que nunca. Y luego Dorothy servía las comidas, daba ropa, se vestía y comía como aquellos a quienes servía: unía la mente, el corazón y las manos. De esta manera, esperar es tomar posición.”

Dorothy Day, trabajadora por la paz

«Dorothy Day —continúa el Pontífice— involucró a miles de personas», a partir de su experiencia se abrieron casas en muchas ciudades, en muchos barrios: «no grandes centros de servicios, sino puntos de caridad y justicia en los que llamarse por su nombre, conocerse uno a uno y transformar la indignación en comunión y acción».

    “Así son los operadores de paz: toman posición y asumen las consecuencias, pero siguen adelante. Esperar es tomar posición, como Jesús, con Jesús. Su fuego es nuestro fuego. ¡Que el Jubileo lo reavive en nosotros y en toda la Iglesia!”

Una Iglesia, «comunidad con límites humanos», que ha recibido tanto y sigue recibiendo de Jesús, que espera mucho de nosotros, «es un signo de confianza, un signo de amistad». «Espera mucho —dice el Papa— porque nos conoce y sabe que podemos».
Los mártires que enseñan a sembrar la paz

Dirigiéndose a los fieles portugueses, el Papa exhorta a no dejarse arrastrar «por la globalización de la indiferencia, que parece no tener fin en el mundo de hoy» e invita a sacar fuerza de la Palabra de Dios, uniendo «la mente, el corazón y las manos para marcar la diferencia en la sociedad».

En su saludo a los peregrinos polacos, León XIV recuerda que entre su pueblo hay muchos mártires que tomaron partido, como la beata familia Ulma, todos ellos elevados a los honores de los altares, incluido el niño que la madre llevaba en su vientre. Fueron exterminados por haber escondido a ocho judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Papa también menciona a la joven voluntaria, la Sierva de Dios Helena Kmieć, misionera asesinada en enero de 2017 durante un ataque contra el orfanato en el que trabajaba en Cochabamba, Bolivia.

    “Encendidos por el fuego de Jesús y edificados por su ejemplo, sembrad la paz de Dios allí donde vivís y trabajáis cada día.”

Santa Cecilia, música y oración

El Pontífice, en sus saludos en italiano, recuerda el Jubileo de los Coros y Corales, agradeciéndoles su «precioso servicio» en sus comunidades.

    “La música y el canto vinculados al ámbito litúrgico son una forma de oración, una percepción de la atracción, de la belleza que eleva hacia Dios y une los corazones en la alabanza. Santa Cecilia, patrona de la música y del canto, cuya memoria celebramos hoy, sostenga vuestro compromiso y vuestra misión.”

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