A la conversión y a preparar el corazón para la llegada del Reino de Dios

Domingo, 07 Diciembre 2025 21:55 Escrito por Patricia Ynestroza

Ciudad del Vaticano. - En el segundo domingo de Adviento, León XIV recuerda que, ante la inminencia del Reino de Dios, los fieles son llamados a una conversión auténtica y a prepararse para una novedad divina.

"Cada uno de nosotros puede ser una pequeña luz, si acoge a Jesús, brote de un mundo nuevo. Aprendamos a hacerlo como María, nuestra Madre, mujer que aguarda con confianza y esperanza".

El Papa León XIV, ante los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, en este segundo domingo de Adviento, ofreció un mensaje profundamente esperanzador y a la vez desafiante para los creyentes. Inspirado en el Evangelio de Mateo (3,1-12), el llamado central fue claro: la llegada del Reino de Dios está cerca, y su inminencia exige preparación interior, conversión y apertura al cambio.

Conviértanse porque el Reino de Dios está cerca

Antes del inicio de la misión pública de Jesús, dijo el Papa, Juan el Bautista irrumpe como su precursor. Su voz resonó en el desierto de Judea con un anuncio contundente: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”. Su tono severo, lejos de repeler, atrajo multitudes porque evocaba la urgencia de tomar la vida en serio, de asumir el presente como una oportunidad de encuentro con un Dios que juzga desde las intenciones profundas y no desde las apariencias.

La oración del Padre nuestro

León XIV recordó que, cada vez que se reza el “Padre nuestro”, los cristianos imploran: “Venga tu Reino”. Una petición que, más allá de la fórmula —agregó—, orienta la existencia hacia la novedad que Dios promete. En ella se reconoce que la historia no pertenece definitivamente a los poderosos del mundo, sino a un Dios que no reina para dominar, sino para liberar. Esta visión invita a poner pensamientos y esfuerzos al servicio de ese Reino que se aproxima.

    “En la oración del “Padre nuestro”, pedimos cada día: «Venga tu reino». Jesús mismo nos lo enseñó. Y con esta invocación nos orientamos hacia lo nuevo que Dios tiene reservado para nosotros, reconocemos que el curso de la historia no está ya escrito por los poderosos de este mundo. Ponemos nuestros pensamientos y energías al servicio de un Dios que viene a reinar no para dominarnos, sino para liberarnos. Es un “evangelio”, una auténtica buena noticia, que nos motiva y nos involucra.”

Recordó, además, la imagen del profeta Isaías: un brote que surge de un tronco aparentemente muerto, símbolo de un comienzo nuevo impulsado por el Espíritu. Así obra Dios —explicó el Santo Padre—: hace florecer lo que parecía perdido y sorprende incluso a quienes esperan su llegada, como ocurrió con el propio Juan el Bautista.

Caminar hacia el Reino de Dios

En esa misma línea, el Pontífice situó la experiencia del Concilio Vaticano II, como un momento en el que la Iglesia se dejó sorprender por el Espíritu y se abrió a un renovado camino común. Cuando la comunidad camina unida hacia el Reino, añadió, lo débil florece y lo imposible se vuelve posible, como en la visión bíblica donde “el lobo habitará con el cordero”.

“El mundo necesita esta esperanza”, afirmó el Papa, invitando a acoger sin miedo el Reino que ya comienza a despuntar. Jesús, presentado como el “más pequeño”, guía a la humanidad con la luz de un nuevo amanecer que inició en la humildad de Belén y brilló definitivamente en la cruz.

El Adviento, explicó, por último, es una espiritualidad “luminosa y concreta”. Las luces que adornan las ciudades son un recordatorio de que cada persona puede convertirse en una pequeña luz para los demás si deja espacio a Cristo en su vida. Y como modelo de espera confiada, señaló a María, la mujer que supo acoger con fe paciente la novedad de Dios.

Valora este artículo

Medios

Deja un comentario

Asegúrese de introducir toda la información requerida, indicada por un asterisco (*). No se permite código HTML.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos