Columna | P u l s o   P o l i t i c o
 
¿Quién es Enrique Ochoa Reza, el virtual nuevo dirigente nacional del PRI? Preguntamos a quince priistas, auténticos priistas de base, y lo único que pudieron decirnos fue, que es quien acaba de renunciar a la dirección  de la Comisión Federal de Electricidad, para dirigir nacionalmente al Partido Revolucionario Institucional, su partido, en sustitución de Manlio Fabio Beltrones.

“Bueno eso ya todos lo sabemos, ¿pero quién es dentro del partido? ¿Qué ha sido? ¿Qué experiencia política tiene para dirigir al partido político más importante de México?” preguntamos y nadie pudo darnos una respuesta.

Un priista más informado, con quien platicamos después, ya aportó más datos: ha sido militante del partido tricolor desde su juventud; ha participado en algunas elecciones como parte de los equipos de campaña; ha ocupado algunas posiciones administrativas dentro del gobierno federal hasta llegar a la dirección de la CFE y es amigo y gente cercana al secretario de Hacienda Luis Videgaray, a cuyo grupo también pertenece Luis Antonio Meade.

No se sabe de ningún político poblano que sea amigo suyo a excepción del presidente estatal del Revolucionario Institucional, Jorge Estefan Chidiac, con quien al parecer ya se entrevistó en la ciudad de México.

Don Enrique Ochoa Reza, es ya prácticamente el dirigente nacional, aunque todavía no ha sido electo por el Consejo Político Nacional del partido que se reunirá esta semana, pero ya recibió el apoyo de los sectores tradicionales del PRI, campesino, obrero y popular, que han sido los pilares del partido tricolor, desde siempre.

Los priistas con quienes platicamos, no mostraron ningún entusiasmo con la noticia. Para ellos el señor Ochoa Reza, es un desconocido, aunque tres de los quince que hablaron con nosotros, manifestaron que aunque “aparentemente el ex director de la CFE, no tiene ninguna experiencia política, es decir, no tiene oficio político, puede dar la sorpresa, pues en las entrevistas que le han hecho por televisión, ha tenido buen desempeño, buena presencia y lo que ha dicho es cierto: lo primero que se necesita dentro del PRI, es lograr la unidad del partido.

Propios y extraños saben perfectamente, que cuando el PRI pierde, es porque los priistas se dividieron y cada día, desde la época de los tecnócratas, las divisiones internas han sido numerosas y cada vez más profundas.

El virtual nuevo presidente priista, es un hombre joven. Tiene 43 años, se nota inteligente, capaz y con una clara visión de lo que se propone hacer dentro del PRI.

Puede dar la sorpresa y ser el dirigente que los priistas necesitan para salir del marasmo, de la incertidumbre en que los han dejado los viejos y de la que no han podido salir, porque les ha faltado un líder.

Además, no tiene ni las mañas, ni los resentimientos, ni los odios y rencores que los de la vieja guardia han venido acumulando durante muchos años y cuando tienen una posición importante dentro del partido, quieren cobrarse todo a la mala, lo que provoca mayores divisiones y rivalidades que perjudican a la institución partidista.

Vamos a dejarlo así: en una incógnita que puede resultar bueno o malo para el Revolucionario Institucional.

Si resulta un buen dirigente, con ideas frescas, con convicción la liberal y laica de la política mexicana, nacionalista y con sensibilidad social, pues el PRI ya la hizo; si por el contrario, se carga demasiado al grupo al que pertenece, si no logra sanar cicatrices y las divisiones se ahondan; si se pliega a los caprichos de los ultras de izquierda o derecha y si no adopta una postura de crítica a los partidos que ya han estado en el poder y lo han hecho mal y terriblemente mal, para responder a las autoalabanzas que ellos mismos se prodigan, pues entonces ya no tendremos PRI, ni para rato. En el mediano plazo, ese partido quedará repartido entre la multitud de membretes políticos a los que ya han empezado a arribar muchos priistas, como es el caso de cinco de las siete gubernaturas que “ganó” el PAN en las elecciones del pasado 5 de junio.