Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             Claudia Rivera Vivanco, será la candidata del partido Morena, para la presidencia municipal de Puebla-capital. Si usted pregunta quién es ella, la respuesta la dio ayer en el destape, el senador Miguel Barbosa Huerta, candidato a la gubernatura del mismo partido, cuando afirmó que es una gran luchadora social.

             El problema es que no parece ser conocida, pues los mismos de la izquierda no la ubican.

             Barbosa explicó que la decisión se tomó porque doña Claudia, ocupó el segundo lugar en la encuesta especial que realizó ese partido, una encuesta que según señaló el senador, se realizó con limpieza y objetividad.

              El primer lugar en la encuesta de referencia, lo obtuvo doña Ana Teresa Aranda Orozco, la ex panista que fue candidata independiente a la gubernatura del estado, pero según informaron, la ex diputada federal y ex senadora por el PAN, rechazó la candidatura de Morna, sin que se dijeran las razones que tuvo para ello.

               Por eso Claudia Rivera ascendió al primer puesto. En el tercero estaba Violeta Lagunes y en el cuarto, Paola Migoya.

              De acuerdo con los planes de los dirigentes de Morena, mañana martes será el registro de la precandidata.

               Políticos y no políticos coinciden en afirmar que Morena está dando sorpresas en todos los estados en eso de la designación de sus candidatos. Nombra a principiantes sin ninguna experiencia, a personajes que proceden de otros partidos y con antecedentes no muy limpios y a personas que han sido completamente ajenas a la actividad política.

               A la mejor le da resultado, pero los politólogos, los que saben de estas cosas, opinan que eso es un arma de dos filos. Si bien es cierto que los políticos profesionales no son bien vistos por la ciudadanía, tampoco lo son personas desconocidas y desconocedoras de la vida política de su estado, de su municipio o del país.

                Y afirman que los buenos candidatos a las diputaciones locales o a las presidencias municipales, podrán ser un importante factor para el triunfo de los candidatos a presidente de México y gobernador del estado, pues jalarán a muchos electores para beneficio de su partido y de los candidatos que proponga para puestos de mayor relevancia.

                Ayer el PRI cumplió 89 años de vida. Según Vicente Fox, cuando fue candidato a la presidencia de la república, ese partido era causante de todos los problemas del país. Ya como expresidente, cambió de opinión y según parece, ahora lo considera el mejor partido de México, desde luego muy superior al PAN, al que don Vicente ya no pertenece.

                 Durante los dos sexenios que gobernó el PAN a este país, los priístas no tuvieron ni idea de cómo  defenderse de los constantes ataques de los panistas.

                  Tan fácil que hubiera sido hacer un balance de lo logrado por ese PRI corrupto e inepto en los más de 70 años que tenía gobernando a la nación cuando arribaron los conservadores panistas, que iniciaron un retroceso que todavía continúa.

                  Cuando el PRI surgió en 1929, éramos un país de analfabetos, de pobretones, ignorantes y de un puñado de ricos que eran dueños de todo.

                  Cuando el PAN llegó al poder, en el 2000, teníamos una bien consolidada clase media, cuya formación se logró mediante la educación popular, gratuita y laica, que abarcaba no solo la primaria y la secundaria, sino la educación normal, la universitaria y técnica.

                  El sistema educativo se fortaleció, se creó el sistema de salud pública, las instituciones sociales como el IMSS y el ISSSTE.

                   Se crearon escuelas normales tanto urbanas como rurales, se fundó el Instituto Politécnico Nacional, la agricultura recibió fuertes apoyos del gobierno y éramos autosuficientes en alimentos básicos.

                 La industrialización era superior a la de todos los países de la región y nuestra política exterior, admirada en el mundo entero. Eso, entre otras muchas cosas.

                 No sería justo culpar a los gobiernos panistas de haber iniciado la debacle del sistema. En realidad fueron los tecnócratas de Carlos Salinas, los que empezaron a desmantelar la obra de los gobiernos de la Revolución Mexicana.

                 Con el sistema neoliberal, se eliminó a la clase política del gobierno y su partido, y fue sustituida por una clase tecnocrática desconocedora de nuestra historia y de nuestra realidad, pues la mayoría, sino la totalidad de ellos, habían egresado de universidades gringas.

                  Doce años le bastaron a los gobiernos panistas, para acelerar el proceso de concentración de la riqueza en pocas manos, dejar el crecimiento del PIB en menos uno; cambiar la ley federal del Trabajo anulando muchas de las conquistas obreras de los años treinta y cuarenta; bajar la producción agropecuaria básica y deteriorar el sistema educativo nacional (no olvide que Elba Esther Gordillo, fue aliada de Fox y de Calderón). Pero lo peor, se inició la “guerra” contra la delincuencia organizada, que todavía continúa, pese a que lleva ya más de cien mil asesinatos de jóvenes y un tanto igual o casi igual de secuestros.

               Ahora el PRI, ya no tiene que defenderse de los ataques panistas, sino defenderse de sí mismo. Le han llegado los corruptos, los oportunistas, los fugados de otros partidos y ya no sabe qué hacer para lograr que el PRI siga siendo un partido revolucionario, liberal, eficiente y popular. El PRI se ha convertido en un partido de derecha, pero sobre todo, muy ineficiente incluso para resolver sus problemas internos.

               Algo habrá de hacer para recobrar el prestigio y el poder que alguna vez tuvo. Por lo pronto, contra lo que dice el candidato panista, Meade, el candidato a la Presidencia del partido tricolor, está avanzando, lento, pero avanza.