Domingo, 28 Julio 2019 19:22

A 50 años de la tragedia de Canoa

Columna | P U L S O    P O L I TI C O

           Hace cincuenta años, medio siglo, ocurrió una tragedia en San Miguel Canoa, población náhuatl ubicada en las faldas de La Malinche, a media hora del centro de la capital del estado.

            Un grupo de trabajadores de intendencia de la Universidad Autónoma de Puebla, aprovechando el periodo vacacional del que gozaban, organizaron una excursión a la Malinche, llegaron en la noche para hospedarse en la casa de un amigo e iniciar el ascenso a la montaña el día siguiente.

            Era el 14 de julio de 1969, el mundo, la nación mexicana estaban viviendo los efectos de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Aquí en el Estado de Puebla estaba la lucha por la llamada “Reforma Universitaria”. La derecha y la izquierda poblanas, sostenían una guerra interna sumamente agresiva, toda vez que los grupos ultras de uno y otro lado, encabezaban esa lucha que parecía no tener fin, pues se había iniciado en 1961 y ocho años después, todavía continuaba.

            Eran los tiempos del “cristianismo sí, comunismo no”. El párroco de Canoa, pertenecía al grupo radical de la Iglesia Católica, que hablaba de que el comunismo pretendía quitarles los hijos a sus padres y volver ateos a todos los mexicanos. Eran los tiempos del arzobispo Octaviano Márquez, que había convocado, meses atrás, a una concentración anticomunista en el atrio y el zócalo de la capital, para impedir que “los comunistas” se apoderaran de la Universidad estatal, que estaba en manos de la derecha, del famoso Consejo de Honor, que se guiaba por los consejos y las directrices que les dictaba el señor arzobispo.

           La sociedad poblana pues, estaba dividida, confrontada. Por eso no era nada raro, que en un pueblo donde reinaba la ignorancia, la opinión del señor cura fuera tenida como la palabra divina.

           Bastaron unos comentarios del párroco sobre los comunistas que habían llegado al pueblo, seguramente para adoctrinar a los lugareños para unirse a su movimiento, para que se armara de inmediato un grupo dispuesto a “defender” a la Iglesia contra viento y marea.

           La noche de ese 14 de julio, los defensores de la fe, fueron a rodear la casa del vecino que había hospedado a sus amigos que trabajaban en la UAP, pero no tenían ni idea de las razones que los maestros y estudiantes de uno y otro bando, aducían para pelearse. Ellos cumplían con su trabajo y ya.

          Los solventados habitantes de Canoa, lincharon no solo a los excursionistas, sino a la familia y amigos de la familia que les dieron hospedaje y el resultado fue aterrador: varios muertos y heridos.

           Tuvo que ir la Policía de Puebla lo más rápido posible, para salvar a los muchachos y lograr la calma.

           El pueblo de Canoa, una junta auxiliar del municipio de Puebla, saltó a la fama, mala fama, nacional e internacional. Varios años después, aparecieron amplios reportajes en revistas nacionales y de otros países, sobre los hechos, se escribieron libros y se hizo una película filmada en otro pueblo poblano, cerca de San Martín Texmelucan sobre la carretera federal a México.

           Cincuenta años han pasado desde aquél aciago día, aquella aterradora noche, pero por fortuna en Canoa las cosas han ido mejorando al grado de que sus autoridades municipales, integradas por jóvenes con estudios universitarios, el pasado 14 de julio lograron reunir en la plaza pública del pueblo, embellecida por cierto, a varios cientos de personas, al párroco también joven y de amplio criterio, el padre Miguel Sánchez, de Ciudad Serdán, para pedir perdón a Julián González Báez, el único sobreviviente de la trágica aventura de medio siglo atrás, por lo ocurrido.

          El trabajador universitario, ya setentón y jubilado, concurrió al acto acompañado de su esposa, sus hijos y sus nietos.

          Platicamos de esto con el presidente municipal, Rodolfo Luis González Comisario, con estudios de arquitectura en la BUAP, con Mariana Magdalena Sánchez Rojas, regidora y estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en Puebla y con Luis Pérez Arce, secretario particular del presidente auxiliar, todos ellos originarios de Canoa, todos ellos bilingües, pues hablan español y náhuatl. Su idea, es borrar la mala imagen que desde hace medio siglo, se tiene de su pueblo y esforzarse para que por medio de la educación, de la mayor convivencia con los pueblos vecinos y con la capital del estado, se logre la superación cultural de los habitantes, no solo de Canoa, sino de los pueblos de los alrededores, todos de cultura náhuatl, y que se sientan orgullosos de sus raíces, como ellos, y hablen su lengua original y el español también, sin pena, sin complejos.

          El presidente nos dijo: “hemos dado un primer paso, pero seguiremos trabajando, sobre todo en el ramo de la educación, para salir del atraso y que las nuevas generaciones tengan un porvenir mejor.

          Muchos pueblos campesinos de la entidad, requieren un fuerte trabajo de culturización. Todavía ahora, en pleno Siglo XXI, se siguen dando casos de linchamientos de gente inocente.

            Con esto del incremento de la delincuencia y el clima de inseguridad que vive el país, en Puebla se han cometido tantos linchamientos, que en evaluaciones oficiales, se coloca a la entidad, en el primer lugar en ese tipo de hechos.

            Como nos dijo el presidente auxiliar de Canoa, se requiere educación, culturización para acabar con esa violencia insensata, que en la mayoría de los casos, afecta a personas respetables, ajenas por completo al o los delitos que se les achacan en el momento de la agresión.

Publicado en COLUMNAS
Lunes, 13 Febrero 2017 19:56

Inviable, la privatización del agua

Columna | P u l s o   P o l i t i c o

    Al informar en rueda de prensa, el presidente municipal y regidores de Izúcar de Matamoros, que en ese municipio no se privatizará el servicio de agua potable, explicaron su razones basadas en la Constitución General de la República y en la particular del Estado.

     El doctor Manuel Madero, presidente de ese municipio suriano, afirmó que el artículo 115, en su apartado III, de la Constitución General del país, se establece claramente, que las autoridades municipales tendrán a su cargo las funciones y servicios públicos de: agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales.

       Y la Constitución es la ley suprema de la república y ninguna otra disposición legal puede estar sobre ella.

       Ahora bien, la Constitución del Estado Libre y Soberano de Puebla, establece en su artículo 104, que los municipios tendrán a su cargo las funciones y servicios públicos siguientes: agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición.

       En su artículo 198, la misma constitución del estado, establece que los ayuntamientos prestarán los mencionados servicios: a través de sus propias dependencias administrativas u organismos públicos descentralizados creados para tal fin; mediante convenio de coordinación y asociación que se celebre conforme a lo dispuesto en la fracción LIX del artículo 78 de la misma ley.

       Hace unos días se recibió una invitación del Congreso del Estado, para que los cabildos municipales aprobaran una adición al artículo 12 de la Constitución Política del estado, en la que se afirma, que el agua es un bien común a los humanos y un derecho inalienable a éstos.

        En el agregado sexto se establece que el estado, conforme a las leyes, regulará el consumo del agua y modalidades para el acceso, uso equitativo y sustentable de este recurso natural, lo que puede ser entendido, expresó el doctor Madero, “que el gobierno del estado en el momento que lo desee y lo considere pertinente”.

        Pero eso solo puede ser posible, si el ayuntamiento, que es una autoridad autónoma, así lo acuerda. Pero ninguna ley puede estar por encima de la Constitución General de la República y en ella se establece, como ya se dijo, las funciones que debe desempeñar la autoridad municipal y figuran entre ellas, la dotación de servicios como el agua potable.

       Las autoridades municipales de Puebla, al igual que las autoridades auxiliares, son muy sensibles en esto del desempeño de sus funciones. Ya se vio hace dos años, lo que provocó el quitar a las juntas auxiliares, el servicio del registro público de las personas.

        Todos los presidentes municipales esperan que el nuevo titular del Ejecutivo estatal, Antonio Gali Fayad, entienda su postura y que se dialogue más sobre esta materia que no es popular en ninguna parte y que es rechazada por casi todas las autoridades municipales de la entidad.

        No es un problema exclusivo de Izúcar. La privatización del servicio, se pretende en todo el estado lo que si se hace sin el consenso de la población, podría provocar serios problemas.

        La unidad de los mexicanos por las balandronadas e insultos de Donald Trump, no es tan sólida como se pensaba. Los organizadores de la marcha del pasado domingo, entraron en conflicto desde antes de que la marcha se realizara y ya durante el acto, las cosas se pusieron calientes.

        Aunque en Puebla solo hubo una micro-marcha, también hubo lío. Es la tradicional rivalidad entre la derecha y la izquierda, que curiosamente se olvida cuando van en eso que llaman lucha electoral y se juntan el PAN con el PRD. Dicen que en ese caso su objetivo común es ganarle al PRI. ¿Y para qué quieren ganarle, si ya en el poder hacen lo mismo que los priistas y hasta quieren perpetuarse en el poder?

      Y a propósito de PRI, son muchos los militantes de a pié, que consideran que la dirigente juvenil en el Estado, Fansel Miroslava Pastor Betancourt, tiene razón, al afirmar que ni el comité nacional, ni el comité estatal de su partido, parecen tener el mínimo interés por recobrar a la entidad para el priismo.

        No ven que haya algo los motive para recobrar la unidad perdida: sigue la desunión que parece agravarse más; la infraestructura priista está cada día más abandonada. Esto no es nuevo, ya ocurrió en Baja California, el primer estado ganado por los panistas; en Guanajuato, en Querétaro y otras entidades, donde al perder una elección, el PRI se desintegra, y no encuentra el camino de regreso al poder.

          Puebla es una entidad considerada desde siempre como de derecha, pero donde el PRI tenía gran aceptación. Su sistema escolar oficial era ejemplo para el país. Y aun cuando en el estado siempre ha habido importantes instituciones educativas privadas de tipo confesional, la educación liberal siempre se imponía.

         Ahora, con un amplio sector del magisterio en la oposición al PRI, las escuelas privadas han cobrado fuerza que se refleja en un crecimiento de la derecha política que no es contrarrestado con nada, pues en el PRI ya se perdió la tradición de adoctrinamiento de sus bases.

         Morena es el partido que se está fortaleciendo a nivel local y a nivel nacional. Es el partido que puede dar un susto en las elección del 18, a todos los partidos que cada día se achican más por la desconfianza que los ciudadanos tienen en ellos y por la falta de trabajo de las dirigencias partidistas.

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