• En la Ingeniería de Tecnologías de Información e Internet, los jóvenes se preparan para prevenir y combatir ataques y hackeos.

San Andrés Cholula, Puebla.- “Hoy en día las empresas tienen demasiadas necesidades en materia tecnológica y también muchas áreas de especialidad como seguridad, programación, bases de datos, etc. Pero existen muy pocos especialistas con la capacidad de hacerlo”. Así lo señaló Manuel Alejandro Padilla Barrientos, estudiante de la Ingeniería en Tecnologías de Información e Internet de la Universidad Madero.

Como parte de su trabajo final del periodo, utilizando las plataformas de Ubuntu y Kali (ambas de Linux), el alumno de 4to Semestre desarrolló un sistema IPS-IDS que sirve para monitorear redes y prevenir posibles ataques como el que hace unas semanas sufrió City Bank.

“Si alguien me atacara de forma anormal y sin ninguna protección, mi servicio se caería pero con esta herramienta lo que hago es reducir el tiempo en que el servidor se restaura, para que sea casi inmediato. Esto le da mayor seguridad y si alguien me llega a atacar me da pauta para tomar acciones como quitar permisos u otras herramientas”.

Tras presentar su proyecto y mostrar su funcionalidad, Padilla Barrientos dijo sentirse orgulloso y entusiasmado de estar aplicando todo lo que ha ido aprendiendo en el poco tiempo que lleva de la carrera, pues destacó que es hasta la especialidad cuando normalmente comienzan a utilizar programas como Kali.

Jesús Alejandro Rosas, otro estudiante de Tecnologías de Información e Internet, desarrolló un servidor VPN (Virtual Private Network) que consiste en dar acceso de forma remota a los archivos de una empresa contando con toda la seguridad de que dicha información está protegida.

“Utilicé una computadora que ya tenía y le instalé Linux además del sistema VPN; después lo configuré y logré comprobar que a través de éste, el usuario tiene anonimato y navegación en internet de forma segura, aunque esté accediendo desde otro lugar del mundo a información delicada de una empresa u organización”.

Explicó que al momento de establecer una conexión, la tarjeta de red adquiere un número que se llama IP, con el cual el proveedor de internet sabe desde qué dispositivo y lugar se está intentando acceder a ciertas páginas.

Con el sistema desarrollado por Jesús, se hace “un llamado” al VPN y gracias a la virtualización se genera otra IP, lo que deriva en que el proveedor de internet solo detecte que se está haciendo un llamado al servidor de la empresa y sea solo este servidor el que registre a qué información se está accediendo.

Por su parte, la Mtra. Dulce Vázquez Caro, docente de la Ingeniería en Tecnologías de Información e Internet, señaló que el perfil de los egresados de esta carrera se adapta totalmente a los requerimientos de la actualidad, donde las organizaciones constantemente son víctimas de ataques y hackeos a sistemas críticos como los financieros, de salud, comercio electrónico, de datos personales y más.

“Nuestros egresados tienen un perfil de integradores de soluciones tecnológicas y especialistas en Seguridad Informática, Ethical Hacker  o  Cómputo Forense y Auditoria Informática. El 99.8%  de nuestros egresados tienen trabajos muy bien pagados en la industria y están laborando en áreas que a ellos les apasionan y se desenvuelven exitosamente”.

Al mismo tiempo enfatizó que los docentes son altamente especializados, además de tener alianzas tecnológicas con empresas como SAP, IBM, CISCO, VMware, entre otras. Comentó que de acuerdo a publicaciones de medios como El Economista, actualmente se necesitan en el mundo más de 1 millón de especialistas en el área.

Publicado en EDUCACIÓN

Artículo | Algo Más Que Palabras

    Es hora de levantarse y actuar. No podemos quedar paralizados por el recelo a lo que nos pueda pasar, tampoco por el miedo a ser aprisionados, necesitamos activar el coraje e impulsar el intelecto con tenacidad, pero sin fanatismos; con entusiasmo, pero sin rudeza; sabiendo que todo se forma de la unión y de la unidad, de caminar juntos y de hacer piña para aliviar las necesidades humanitarias. Son tantas las pesadillas que nos circundan, que hemos de reaccionar siempre con sentido de humanidad, máxime en un momento de tantas hostilidades, donde nadie respeta a nadie, ni a las propias leyes internacionales.

    Por otra parte, cada jornada son más los países mudos,  en el que los ciudadanos no pueden hacer oír sus voces porque afrontan riesgos graves, gravísimos, lo que dificulta la convivencia en un planeta cada vez más deshumanizado, desquiciado por mil patologías y desmembrado por la mentira, ante los mil atropellos que continuamente se suceden. Ciertamente, ante esta bochornosa situación, cada aurora cuesta más vivir y, sobre todo, vivir dignamente; usurpadas las raíces, desmemoriados y desplumados de la conciencia colectiva de la continuidad histórica del linaje, del modo de pensar y de sentir, de la manera de hacer cultura y de cultivarse.
 
    Está visto que esta era del conocimiento nos deja sin tiempo para la reflexión. Todo es doctrina interesada y excluyente. Esta putrefacta atmósfera nos mata. Apenas podemos caminar libremente, ya que  se impone la ley del más fuerte. Además, llegado al atardecer de la existencia, cuando no eres productivo te eliminan como si uno fuese un mero producto más de mercado. A este calvario, hay que sumarle el fenómeno de la explotación y de la opresión, empujado por una economía insensible que reduce al ser humano a un objeto más, sin voluntad alguna. Los efectos de este desorden son bien palpables. Hay un vacío que nos confunde a más no poder y nos deja sin aliento.

    En consecuencia, el abuso está a la orden del día, pues todo se relativiza al dinero y al poder, lo demás se degrada y se devalúa. Junto a este clima de arbitrariedades, más tarde o más temprano provocará su estampida, su descarga en forma de agresión y de contienda. En este sentido, también viene aumentando el riesgo de una carrera armamentística. Con razón el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acaba de llamar una vez más a aplicar con rigor las sanciones a Corea del Norte tras sus continuos lanzamientos de misiles. Como advirtió  el presidente del Consejo, en declaraciones recientes: "Estas actividades contribuyen al desarrollo de sistemas de lanzamiento de armas nucleares, incrementan las tensiones en la región y más allá de ella, aumentando el riesgo a rearmarnos". Qué pena, que en lugar de desterrar las armas, continuemos probando las barbaries.

    Por si fuera poco todo este mundo de pesadillas y atropellos, nuestra generación anda tan desorientada por envidias y celos, que estamos alimentando un espíritu interno verdaderamente devorador unos de otros. Países que retornan a viejas divisiones que se creían ya superadas, gentes sin escrúpulos que todo lo embadurnan de odios en lugar de avivar una cultura de cooperación y colaboración. Así no podemos avanzar. Hoy más que nunca vivimos esa falsa paz, ese aparente sosiego de una minoría privilegiada, ese espíritu mundano que no le interesa hacer justicia justa, sino fingida o figurada en la retórica. En algún momento deberíamos repensar como especie y ver que la realidad nos supera para mal. Cada instante somos más lobos, menos precisos y menos preciosos también. De ahí la urgente necesidad de un pacto de especie por la concordia, por el sentimiento colectivo, por la creación de tribunas para la convivencia.

    La familia humana no se entiende de otra manera, requiere de armonía como de pan, de tranquilidad, pues lo importante es no caminar solos. Por desgracia, muchas gentes son el blanco del comercio, viven prácticamente en condiciones de esclavitud, en un mundo globalizado, pero sin corazón. Ojalá las nuevas generaciones movilicen una solidaridad desinteresada. Para eso, hacen falta lideres de amplios horizontes y de coherentes actuaciones. Precisamente, a mi juicio, el problema actual del planeta es la falta de liderazgo mundial. Necesitamos gentes de bien y bondad, capaces de aglutinar y no discriminar, de poner orden y de realzar políticas respetuosas con todos. Claro, por consiguiente, es necesario una educación que nos universalice en el pensamiento crítico y que ofrezca un pasaje de maduración en conciencia, en valores y principios de verdad. Progreso sin compasión no es más que una ruina del alma que, agotada, lleva en su culpa la pena.

Víctor Corcoba Herrero / Escritor
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