Alta fructuosa y bebidas energizantes inestabilizan el organismo

Miércoles, 07 Diciembre 2016 09:19 Escrito por Jerónimo Morales Hernández
Bebidas energizantes y alta fructuosa desestabilizan el organismo de consumidores. Bebidas energizantes y alta fructuosa desestabilizan el organismo de consumidores. Fotografía: ddp

Los consumidores consuetudinarios pueden volverse agresivos

La alta fructuosa o fécula de maíz y las bebidas energizantes descomponen la alimentación, rompen la estabilidad y vuelven agresivos a la mayor parte de los consumidores consuetudinarios.

En la actualidad está perfectamente claro que el proceso para la producción de jarabe de maíz de alta fructuosa se ha extendido en todo el mundo y es el mejor sustituto  para las empresas dedicadas  a elaborar bebidas ligeras y comestibles, expuso en entrevista el doctor Heriberto Alarcón Hernández, especialista en ultrasonido diagnóstico.

Comentó que la alta fructuosa al ser consumida, emborracha, atonta, aloca a las células del cuerpo humano y provoca que los consumidores empiecen a tener actitudes erróneas

En tanto que las bebidas energizantes o energéticas, que hay muchas y en muchas esquinas se venden, aparentemente  ponen eufórico a quienes las consumen, de “buen tono y  buena onda”,  hasta que los hacen que rompan la estabilidad y llegue el momento que se vuelvan agresivos.

Todo esto sí tiene que  ver hoy con el comportamiento humano, y “eso lo tenemos que observar, pero desde luego que será poco a poco,  hasta que algún día las autoridades respectivas den la razón”.

Muchos nutricionistas por su parte aseguran que el jarabe de maíz es causa de la obesidad, y está relacionado con muchos problemas de diabetes tipo 2.  Otros nutricionistas y defensores de las comidas naturales creen que el consumo de este jarabe debería ser evitado por sus efectos secundarios, aunque hay discrepancia acerca de si estos efectos secundarios existen.

Defensores del mismo en cambio niegan los efectos que se le han asociado y sostienen que el azúcar así obtenido comparte igual popularidad entre otras tantas formas que se han creado para obtener azúcares, y que en principio las características del producto son muy similares a las formas tradicionales de obtener azúcares: por tanto no deberían suceder cambios en el metabolismo interno de las personas.

Consumir niveles altos de jarabe de maíz de alta fructosa, como edulcorante que se utiliza en muchas bebidas y alimentos, podría aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión. Esa es la conclusión de un estudio presentado en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Nefrología que se realiza en San Diego, California.

Las bebidas energéticas o hipertónicas son analcohólicas, esto es, helaboradas sin alcohol y con algunas virtudes estimulantes que desde hace más de dos décadas salieron al mercado mundial, ofreciendo al consumidor el evitar o disminuir la fatiga y el agotamiento, además de aumentar la habilidad mental y desintoxicar el cuerpo.

Están compuestas principalmente por cafeína, varias vitaminas, carbohidratos y otras sustancias naturales orgánicas como la taurina, que eliminan la sensación de agotamiento de la persona que las consume. No se deben confundir con las bebidas re-hidratantes ni con otro tipo de bebidas como las gaseosas, ya que inclusive en los mismos envases se advierte que no se consideran bebidas hidratantes. Por contener altas dosis de cafeína pueden producir dependencia.

Parte de la sensación de bienestar producida por las bebidas energéticas es causada por un efecto energético que se produce por la acción de sustancias psicoactivas (siendo la cafeína, un alcaloide, uno de los ingredientes en estas bebidas) que actúan sobre el sistema nervioso central, inhibiendo los neurotransmisores encargados de transmitir las sensaciones de cansancio, sueño, etc., y potenciando aquellos relacionados con las sensaciones de bienestar y la concentración.

Agregó el doctor Heriberto Alarcón a todo lo anterior, que los alimentos demasiado salados  también elevan la presión, retienen líquidos en el cuerpo y desorganizan al cuerpo, especialmente  al hígado, vesícula, páncreas, riñones y también a las células cerebrales. “A veces pensamos que nada más es el cuerpo el afectado, y no, todas las neuronas son las que también se alteran y por eso causan tantos problemas de comportamiento humano”, finalizó.

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