Columna | P U L S O    P O L I T I C O

       Ayer le decíamos en este espacio, que entre las virtudes que debe tener un buen político, está la prudencia, necesaria sobre todo en estos tiempos tan conflictivos, de tanta inestabilidad.

       Un político imprudente, sin convicciones, sin oficio, sin sensibilidad política y social, es un peligro para la sociedad a la que debe servir.

       El caso del señor Alejandro Moreno Cárdenas, el presidente del comité ejecutivo nacional del Partido Revolucionario Institucional, está dando muestras de ser un político imprudente, si convicciones, sin oficio y sin sensibilidad. En vez de contribuir a unificar a su organización, la está dividiendo más y lo peor, la está confrontando.

         Si el PRI está pasando por la peor época de su historia y su dirigente nacional no lo entiendo, está poniendo en peligro la existencia de su partido.

         El rechazo de los priistas a la dirigencia de ¡Alito”, se nota en todas partes. Solo unos cientos de militantes lo siguen por intereses personales.

         Pretende prolongar su mandato hasta el 2024 lo que sería fatal para su organización.

        Y el PRI, el todopoderoso PRI de otros tiempos, no ha podido evitarlo, pese a que entre sus opositores están personajes como Miguel Angel Osorio Chung, Claudia Ruíz Massieu, Beatriz Paredes, bueno, puras estrellas del priismo, las estrellas que le quedan, que no son muchas.

         EL REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL, TIENE ALGO de lo que tuvo. Le queda estructura, principios y una historia muy positiva y muy interesante de lo que en un tiempo fue. Su error fue haber caído en el sistema económico neoliberal y no haber protestado a tiempo, pero con una dirigencia inteligente podría recuperar algo de lo perdido.

        Requiere de dirigencias nacional y estatales, con priistas de a de veras, que quieran a su partido y que estén dispuestos a sacrificar sus ambiciones personales o de grupo, para salvar a su institución.

         YA LOS DIPUTADOS LOCALES, APROBARON EL cobro del alumbrado público a los ciudadanos.

          Los habitantes de esta capital, pagan el servicio de limpieza, ahora pagarán el servicio de alumbrado. Un gobierno panista, privatizó, contra el sentir general, la privatización del servicio de agua potable y el ayuntamiento cobra por el estacionamiento en las calles del centro histórico.

         Falta poco para que también cobre por el tapado de baches. ¿Y el Ayuntamiento qué va a hacer?. Pues contratar a las empresas privadas para brindar esos servicios y construir más ciclopistas elevadas, por donde nadie pase.