Sábado, 27 Octubre 2018 21:16

Hacia una vacuna universal contra el dengue

•    Investigador de origen poblano desarrolla este trabajo en la Universidad de Oxford, en Reino Unido

El dengue causa 390 millones de infecciones por año. Sin embargo, por la alternancia del virus transmitido por mosquitos, no existe una vacuna universal que ataque los cuatro serotipos existentes. En la búsqueda de un tratamiento efectivo contra este padecimiento, el doctor Arturo Reyes Sandoval, profesor asociado en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, desarrolla una vacuna universal que estimule las células T, que son linfocitos citotóxicos capaces de matar células ya infectadas.

          En su participación en el Primer Simposio Internacional en Enfermedades Infecciosas Emergentes. Zika, Dengue y Chikungunya: Retos y Oportunidades, organizado por el Departamento de Medicina de Nuffield (NDM, por su siglas en inglés), de la Universidad de Oxford, en colaboración con la BUAP, Reyes Sandoval expuso que esta es una investigación innovadora, peculiar y distinta.

          “En nuestro organismo el sistema inmune para protegernos utiliza dos elementos: anticuerpos y células T. Todas las vacunas tratan de estimular anticuerpos. En cambio, lo que nosotros hicimos fue buscar una vacuna universal y encontramos que la única forma de obtenerla es al estimular células T, no anticuerpos”, explicó el científico de origen poblano.

          Hasta ahora, la vacuna líder en el mundo es la de Sanofi, la cual brinda ciertos niveles de protección, pero desafortunadamente deja a algunas personas en condiciones propicias para contraer dengue grave. Además, las vacunas utilizan una mezcla compleja de todos los serotipos, precisó.

          Ante los asistentes del congreso reunidos en el Salón de Proyecciones del Edificio Carolino, Reyes Sandoval recordó que el virus del dengue ha evolucionado durante miles de años, dando como resultado el desarrollo de cuatro tipos o serotipos presentes en diferentes regiones del mundo. Estos serotipos son un mecanismo de defensa a las respuestas inmunes. “La rotación de cada uno de ellos es una respuesta inteligente del virus para sobrevivir durante muchos años. El gran problema de la alternancia de los serotipos es la enfermedad severa, eso es lo que hay que prevenir”.

          Desde hace 10 años, el doctor Arturo Reyes Sandoval y su equipo de investigación desarrollan una vacuna universal contra el dengue, la cual aún está en etapa de prueba en modelos animales. Los resultados preliminares contra esta infección viral permitirán obtener fondos internacionales o del gobierno británico para probarla en humanos. El siguiente paso será experimentar este desarrollo médico en humanos, proceso que llevaría unos cinco años más, puntualizó el investigador de la Universidad de Oxford.

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Consta de 2 mil 400 títulos y 4 mil 600 revistas científicas que pertenecieron al investigador, fundador de la hoy Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP

Harold V. McIntosh fue uno de los grandes pioneros de la computación en el mundo y uno de los académicos más influyentes de México y en la historia de su disciplina. Reunir en la Biblioteca Central Universitaria su colección de libros y revistas “nos llena de satisfacción y orgullo, pues así se cumplirá su deseo: hacer que el conocimiento alcance una amplia apropiación social”, expresó el Rector Alfonso Esparza Ortiz.

         Al inaugurar la colección homónima de este matemático estadounidense –de más de 2 mil 400 títulos y 4 mil 600 revistas científicas-, Esparza Ortiz subrayó que así se rinde homenaje a un destacado académico que dejó una profunda huella en la BUAP, sobre todo en quienes trabajaron con él. “Harold V. McIntosh fue una persona de contagioso amor por la ciencia”, refirió, al hablar de su vocación por la enseñanza.

         Labor docente que en palabras del Nobel de Física, Sheldon Lee Glashow, “fue tanto más importante que lo aprendido en curso alguno que hubiera tenido”, sobre el conocimiento que dejó en él durante su licenciatura en Cornell University.

          Al acto inaugural asistieron funcionarios, directores, académicos y estudiantes de la BUAP, así como amigos del investigador, entre ellos Alberto Licona Anaya, ex alumno del IPN, quien donó a la Universidad un cuadro de su ex profesor, pintado por el artista Luis Alanís, durante un simposio que la FCC realizó con motivo del segundo año de su fallecimiento. “La imagen fue pintada a partir de una fotografía de él, cuando tenía 43 años y recién había fundado la Escuela de Computación”, indicó.

          Primero en el IPN, más tarde en la BUAP, McIntosh legó una gran influencia producto de su genio: fue uno de los fundadores de la Escuela de Computación, hoy Facultad de Ciencias de la Computación (FCC), académico por más de cuatro décadas, periodo en el que dirigió múltiples tesis, muchas de ellas reconocidas en el mundo científico, y creador de hardware y software, entre los que destaca el diseño de una computadora personal llamada CP-BUAP, que poseía un banco de memoria propio e interfaces de video y de discos.

         También fue responsable de ensamblar las primeras computadoras de la BUAP. La Licenciatura en Ciencias de la Computación es una de las mejores del país, gracias a sus contribuciones.

         Antes de cortar el listón inaugural de este acervo, ubicado en el tercer piso de la Biblioteca Central, el Rector Esparza afirmó sobre el investigador, cuya muerte ocurrió en 2015: “Para la BUAP es un honor haber contado con su presencia, desde 1975, y haber recibido los frutos de su talento”.

         Desde que llegó a México, en la década de los sesenta, acostumbró adquirir libros sobre física, matemáticas y computación, así como el hábito de compartirlos con sus amigos, colegas y alumnos. De este modo, parte de su material bibliográfico se encontraba en el Centro Nacional de Cálculo (CeNaC), del IPN, y, posteriormente, en el Centro de Cálculo de la FCC. Gran parte de esos materiales se encuentran en la nueva colección abierta a todo público.

          “Sus amigos más cercanos lo recuerdan como afable, pero disciplinado, capaz de enojarse y discutir en la defensa de sus teorías. Su nombre se vincula ineludiblemente con el desarrollo de la computación y el de nuestra Institución. Tal es el paradigma que cumplía el doctor Harold V. McIntosh al apoyar el talento de los jóvenes y considerar el conocimiento como un campo abierto a todas las posibilidades”, concluyó el Rector de la BUAP.

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• Incorpora silicio, azufre y carbón obtenido de biomasa para mejorar la capacidad y el rendimiento

          Consultar redes sociales, tomar fotos y jugar videojuegos, sin preocuparse por la pila del celular, o viajar largas distancias en un auto eléctrico, son desafíos de la vida tecnológica y el tema de estudio de científicos alrededor del mundo. Entre ellos, el doctor Enrique Quiroga González, responsable del Laboratorio de Energía del Instituto de Física “Ing. Luis Rivera Terrazas” de la BUAP (IFUAP), quien con su investigación sintetiza y prueba nuevos materiales para incrementar la capacidad o el rendimiento de las baterías de ion de litio.

          Ante este reto, que implica reducir costos, el doctor Quiroga, también responsable del Cuerpo Académico “Estructuras de Baja Dimensionalidad” del IFUAP, trabaja en la incorporación de silicio, azufre y carbón obtenido de biomasa en los componentes de una batería. Cabe mencionar que estos materiales no son convencionales en estos dispositivos, pero son abundantes y de bajo costo.

          Una batería dispone de tres elementos principales: cátodo, ánodo y separador; este último se encarga de evitar un corto circuito entre los electrodos. El cátodo y el ánodo son los elementos “activos” de la batería, ya que en ellos es donde se almacena la carga. Estos elementos se conocen como electrodos.

          Algo importante en la investigación en baterías es lograr que los electrodos proporcionen la mayor capacidad posible por unidad de peso o volumen (capacidad específica). De esta forma, cada nueva generación de teléfonos celulares se puede usar por mucho más tiempo, con el mismo volumen de batería (los electrodos de las baterías poseen mayor capacidad específica en cada generación).

Un dispositivo viejo y nuevo a la vez

Aunque la tecnología para las baterías de litio fue desarrollada a principios de los años 80, su gran expansión ocurrió cuando Sony las incluyó en sus dispositivos. Desde su salida al mercado en los años 90, hasta hoy, sigue siendo la pila más usada en dispositivos móviles. Sin embargo, debido a la necesidad de incrementar su capacidad para aplicación en coches eléctricos y dispositivos móviles, el desarrollo e investigación de esta clase de dispositivos es ahora de prioridad mundial.

          Enrique Quiroga González, doctor en Ciencias Naturales por la Universidad de Kiel, en Alemania, junto con estudiantes de posgrado del IFUAP y colaboradores de otros institutos y facultades de la BUAP, pretende mejorar la capacidad del ánodo sustituyendo al grafito (material estándar de ánodos) por silicio. El silicio tiene una capacidad específica: es 10 veces mayor que el grafito.

          Además, este material tiene la bondad de poderse utilizar en diversas formas dentro de la batería: poroso, para mejorar el transporte de iones; en microhilos, para soportar mejor el estrés mecánico cuando se inserta litio; o con canales conductivos de carbón, “decorado” con partículas metálicas, para aumentar la velocidad de carga y descarga al mejorar la conductividad electrónica.

          Para el cátodo, el azufre presenta la capacidad de almacenamiento más alta. Sin embargo, los cátodos de este material aún presentan algunos problemas, principalmente su baja conductividad iónica y electrónica. Por ello, es importante mezclarlo con algún aditivo conductor de carbón.

          En el Laboratorio de Energía se ha carbonizado biomasa (principalmente cáscaras de frutas) y el producto carbonáceo se usa como soporte mecánico para el azufre, además de que le ayuda a conducir electricidad. La capacidad de los cátodos preparados de esta forma es similar a la reportada en la literatura científica. Por otro lado, también se empiezan a probar combinaciones de azufre con otros materiales catódicos, con la finalidad de lograr cátodos de alta capacidad y potencia instantánea.

Un área de estudio interdisciplinaria

A pesar de su utilidad, las pilas y baterías enfrentan diversos desafíos, entre ellos el medio ambiental, porque normalmente se encuentran compuestas por materiales pesados y tóxicos, como el cadmio y el plomo. Por lo tanto, requieren un manejo especial para ser desechadas y recicladas. Por otro lado, el trabajo con baterías involucra cuestiones de seguridad y diseño.

          Para reunir a pares involucrados en el desarrollo de dispositivos de almacenamiento de energía, en marzo de 2017 se creó la “Red Temática de Almacenamiento de Energía” del Conacyt, con la BUAP como sede (http://www.almacenamiento-energia.redtematica.mx/). La red consta de 150 miembros de 14 estados y más de 20 instituciones, tanto académicas como del sector industrial. El doctor Quiroga, coordinador de esta red, destacó la importancia de buscar nuevas formas de generación y almacenamiento de energía que satisfagan las necesidades actuales, así como disminuir costos. En esta tarea -dijo- se busca un acercamiento con la industria, con el fin de atender problemas y generar proyectos, a la par de apoyar la formación de recursos humanos.

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Gregorio Hernández Cocoletzi ha recibido diferentes reconocimientos, uno de ellos otorgado por la Sociedad Mexicana de Ciencias de la Superficie y Vacío por la mejor tesis doctoral en 1991. Actualmente es nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y tiene en su historia académica alrededor de 150 participaciones en congresos nacionales e internacionales y más de 120 artículos publicados en revistas especializadas, como Surface Science Reports.

Investigar materiales nuevos es un tema que se puede enmarcar en la ciencia de materiales. Cuando las dimensiones son pequeñas, del orden nanométrico (nanómetro: millonésima parte de un milímetro), su estudio es a través de la nanociencia, área importante para el desarrollo científico y tecnológico en diferentes disciplinas, desde la fabricación de dispositivos electrónicos hasta médicos. Para hacerlo posible, Gregorio Hernández Cocoletzi, investigador del Instituto de Física “Ing. Luis Rivera Terrazas” (IFUAP), centra su trabajo en estudios predictivos de nuevos materiales con dimensiones nanométricas.

         “Tratamos de encontrar desde el punto de vista del modelado computacional, sistemas que eventualmente impliquen o favorezcan la aplicación en general en los dispositivos electrónicos, por ejemplo. Como dicen los compañeros, si encontramos nuevos materiales podemos sugerir su empleo en las naves espaciales”, expresa con emoción.

          Desde su cubículo en Ciudad Universitaria, por medio del modelado computacional, realiza cálculos de primeros principios para encontrar estructuras estables, ya que la fabricación de los materiales propuestos implica altos costos y equipos sofisticados. De esta manera, Gregorio Hernández, doctor en Física por la UNAM, investiga cómo modificar el grafeno, material que simula un panal de abejas y se utiliza en dispositivos electrónicos. También indaga en el encapsulamiento de moléculas orgánicas en nanotubos de nitruro de boro, para que estos sean utilizados como transporte de fármacos.

          Otra vertiente de su trabajo es tomar un sistema publicado (los resultados de una investigación), para explicar las propiedades físicas de los sistemas. La comparación entre teoría y experimento es lo que completa un trabajo de investigación, argumenta el ganador del Premio Estatal de Ciencia y Tecnología en 2006.

¿Por qué dedicarse a la Física teórica?

Es un asunto de afinidad. No fui bueno para la parte experimental, al contrario esta me dio dolores de cabeza. En cambio, hacer cualquier desarrollo matemático era menos complicado. Eso me orilló a incursionar en la Física teórica, a efectuar cálculos algebráicos y programas para cálculo numérico.
El trabajo constante reditúa

Gregorio Hernández Cocoletzi nació en Guadalupe Tlachco, municipio de Santa Cruz, Tlaxcala, población con cerca de 2 mil habitantes y a 7 kilómetros de distancia del Centro Vacacional La Trinidad, cerca del volcán La Malinche. En sexto año de primaria obtuvo el primer lugar de un concurso y como premio visitó Los Pinos durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, a finales de 1965.

          Por cuestiones de estudio se trasladó a la ciudad de Puebla y desde entonces esta metrópoli es su casa y la BUAP, su alma máter, pues a pesar de recibir una oferta de trabajo en la Pontificia Universidad Católica de Chile, una de las principales instituciones de educación superior chilena, optó por ser fiel a la institución que le ha dado tanto.

        Estudió Física en 1972, en la entonces Escuela de Físico Matemáticas en la BUAP (ahora facultad), porque estaba seguro que esta carrera le permitiría conseguir trabajo pronto. Su elección fue acertada.

        Al egresar optó por realizar un posgrado en la Facultad de Ciencias de la UNAM, maestría y doctorado. Su tesis doctoral fue premiada en 1991 por la Sociedad Mexicana de Ciencia de Superficies y Vacío, ahora conocida como Sociedad Mexicana de Ciencia y Tecnología de Superficies y Materiales.

        Más tarde, realizó una estancia de investigación en la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, bajo la supervisión del profesor Sergio Ulloa, donde trabajó propiedades ópticas desde el punto de vista cuántico, en sistemas de pozos cuánticos.

        Tras dos años de creación del Sistema Nacional de Investigadores, en 1987 ingresó a este programa. Desde entonces ha escalado hasta alcanzar el grado más alto, el nivel III. También es integrante de Nano Red del Conacyt, presidente de la Sociedad Mexicana de Ciencia y Tecnología de Superficies y Materiales, así como miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y de la American Physical Society.

        Su producción científica abarca más de 120 artículos en revistas indizadas, como Physical Review B, Physical Review Letters y Surface Science Reports. Supera los 45 alumnos titulados de licenciatura y posgrado.

        Es autor de tres libros de divulgación de la ciencia, a partir de su colaboración con el doctor Noboru Takeuchi, obras escritas en español y traducidas al náhuatl, su lengua madre: Nanociencia, Números nahuas y Energías limpias, del programa Ciencia Pumita del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, que busca divulgar la ciencia para los niños hablantes de español y de lenguas mexicanas. Además, recientemente se han agregado idiomas como el Quechua de Perú y el Aimara de Bolivia.

De las propiedades ópticas a la nanociencia

La primera etapa de su trabajo de investigación fue sobre propiedades ópticas. El primer cálculo que realizó, bajo la supervisión del profesor Peter Halevi, fue parte de su tesis de licenciatura: Propagación de ondas electromagnéticas en la interface entre dos metales.

         Continuó trabajando bajo la supervisión del profesor Halevi, en cálculos sobre propiedades ópticas, pero ahora en semiconductores. “Estudiamos propiedades ópticas de excitones en superficies, películas delgadas y posteriormente en sistemas multicapas y superredes, esa fue la siguiente etapa de mi carrera de investigación”.

         Tras considerar ampliar su campo de investigación, Hernández Cocoletzi entabló una colaboración con el doctor Noboru Takeuchi, del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, en Ensenada, Baja California, quien estudia primeros principios de superficies y nanoestructuras. Fue así que pasó del estudio de propiedades ópticas, a nivel macroscópico, a propiedades estructurales y electrónicas, a escalas nanométricas. A raíz de esta amistad, se convirtió en divulgador de nanociencia.

La universidad pública, la base del desarrollo

Para el responsable del Cuerpo Académico Física Computacional de la Materia Condensada del IFUAP, la universidad pública es la base del desarrollo, pues al ser el menor de cinco hijos de una familia humilde, dedicada al campo, esta le permitió acceder a estudios universitarios. “Definitivamente, la universidad pública en México es la base para el desarrollo. Si no tuviéramos universidad estaríamos en retroceso total. Por ello, me siento orgulloso de ser parte de ella desde el inicio”, comenta.

         Del mismo modo, el investigador considera a la educación parte fundamental para la superación de la sociedad. “Si México es un país más educado erradicaríamos muchos problemas”.

         En este sentido, ¿cuál es la importancia de la ciencia y del desarrollo de la investigación científica? Antes de contestar, Hernández Cocoletzi recuerda las palabras de su profesor Jesús Reyes Corona, en el último año de licenciatura, y parafrasea:

Tengo la opinión de que México es un país que necesita desarrollarse. Entonces, nosotros, debemos trabajar y estudiar cuestiones relacionadas con aplicaciones, las cuales en conjunto con la ciencia básica, harán un país mejor.

Más allá de su actividad académica y científica, el doctor Gregorio Hernández dirige un equipo de beisbol los domingos en su comunidad natal, Guadalupe Tlachco, en Santa Cruz, municipio que lo nombró Ciudadano Distinguido, en reconocimiento a su trayectoria científica.

          A decir del académico, con más de 40 años de labor docente, la aportación de su investigación no se visualiza de manera inmediata, pues su trabajo se centra en proponer sistemas para posibles aplicaciones:

           “Digamos que la parte atractiva para mí es proponer un sistema que sirva como un dispositivo para aplicación en nanoelectrónica. Eso no lo hemos logrado en la vida real, pero tampoco significa que no lo logremos”.

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El investigador de la Facultad de Medicina es Académico Numerario en el área de Reumatología de la Academia Nacional de Medicina de México

Doctor en Enfermedades Autoinmunes por la Universidad de Barcelona y Académico Numerario de la Academia Nacional de Medicina de México, Mario García Carrasco ha dirigido proyectos de investigación financiados por el CONACYT, la BUAP y el IMSS en torno a enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso y el síndrome de Sjörgen.

          Se ha dedicado a la investigación básica y clínica de forma conjunta para conocer a profundidad este tipo de enfermedades, las cuales son poco conocidas y estudiadas entre médicos. Ganador de premios nacionales y con trabajo académico publicado en revistas indizadas a nivel internacional, fomenta la investigación en estudiantes de la Facultad de Medicina, gracias a su formación en México, Francia y España.

          Mario García Carrasco, nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), narra en su espacio de trabajo cuál es la importancia de la investigación científica, sobre todo en su área de especialización. En esta ocasión, lleva puesto un saco de un color verde oscuro, en contraste con la bata blanca que ha usado desde su etapa de estudiante de la Licenciatura en Medicina.

          Como él mismo lo afirma, no es frecuente que los médicos egresados de las distintas casas de estudios del país se dediquen a la investigación, sino que suelen concentrarse en el trabajo clínico privado. “Probablemente en la medicina es más complejo: la gente se va más a la práctica porque económicamente es lo que da más: un cardiólogo, un neurólogo o un cirujano plástico difícilmente se van a meter a la parte de la investigación”, explica.

          De forma contraria a esta constante, su trabajo se ha enfocado desde hace más de 35 años a la investigación de enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus eritematoso, el síndrome de Sjögren, el síndrome de antifosfolípido, la esclerodermia y la dermatopolimiositis, entre otras. Sus investigaciones en esta área no solo le han valido un lugar en el nivel más destacado del prestigiado padrón de investigadores: en 2016, ingresó a la Academia Nacional de Medicina de México, como Académico Numerario en el área de Reumatología.

          No obstante, la finalidad de sus trabajos obedece a un fin primordial: la mejora de la calidad de vida de los pacientes. “Las enfermedades autoinmunes que trabajamos son poco estudiadas y poco conocidas entre los médicos en general. Nuestro papel es difundirlas”, asevera en uno de los espacios dedicados al área de Reumatología en la Facultad de Medicina de la BUAP, unidad académica de la cual es profesor investigador.

          Más tarde, el especialista se traslada a un cubículo aledaño, del cual salen algunos de los estudiantes de licenciatura y de posgrado que componen su equipo de trabajo. Al preguntarle sobre su motivación para realizar investigación científica, señala: “En realidad nosotros somos un grupo; esto no es una sola persona”. Sus palabras evidencian su interés porque los jóvenes se involucren desde etapas tempranas en la investigación: “Estoy convencido que van a seguir estas líneas y van a avanzar más que nosotros, porque ellos ya están con la parte básica y la parte clínica”.

El dolor ajeno como detonante de una vocación de vida

El doctor Mario afirma con orgullo que es originario de Tepexi de Rodríguez, un municipio ubicado al sur del estado de Puebla. A pesar de que durante su infancia su familia se trasladó a la ciudad de Puebla, tiene claro que su conexión con su Tepexi le hizo conocer las necesidades reales de las personas. Esta sensibilidad fue el detonante para que, al presenciar un accidente durante su infancia, decidiera elegir la medicina como camino de vida para ayudar a las personas.

          Tras cursar la educación media superior en la Preparatoria Benito Juárez y la Licenciatura en Medicina y Cirugía -en la BUAP-, a inicios de los años 80 realizó la residencia-MIR en Reumatología en el Centro Nacional de Lucha contra Enfermedades Reumáticas, en Barcelona, España. La inquietud por conocer a fondo las enfermedades reumatoides le valió una beca del gobierno francés para realizar una estancia de investigación por tres años en el Hospital Lariboisiére de París, Francia.

          Posteriormente, en 1986, se integró como docente de su alma mater, en donde años más tarde hizo las gestiones para integrar una materia optativa en Reumatología, su línea de investigación, en el plan curricular de la Licenciatura en Medicina. Gracias al apoyo de la BUAP, García Carrasco regresó a España, ahora al     Hospital Clínic de Barcelona, y en 1997 obtuvo el grado de doctor en Enfermedades Autoinmunes, por la Universidad de Barcelona, con la tesis Factores víricos, hormonales e inmunomoduladores en la etiopatogenia del síndrome de Sjögren primario. Fueron 70 las publicaciones que resultaron como frutos de sus estudios de posgrado, al igual que varios capítulos de libro.

Un aficionado al fútbol preocupado por la investigación mexicana

Durante la entrevista, hay intervalos en los cuales el también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias confiesa su afición al fútbol y al Barcelona F.C. No obstante, también externa sus preocupaciones por las nuevas generaciones de estudiantes del país: “No tenemos una cultura de la investigación; al menos no en la medicina en general”, sentencia. Ese, para él, es uno de los aspectos a trabajar para fortalecer un México ideal para los ciudadanos.

          El también Premio Estatal de Ciencia y Tecnología, en el Área de la Salud, en 2006, propone, en primer lugar, promover la investigación científica desde las etapas más tempranas de la formación escolar: “Se tendría que promover prácticamente desde la primaria y, poco a poco, enseñar de una manera sencilla. Así, para cuando la gente ya vaya a la preparatoria e ingrese a la universidad, ya sea consciente de lo importante que es la investigación”.

          De forma paralela a la conciencia que deben adquirir los alumnos desde la infancia, destaca la necesidad de la inversión: “Uno puede tener muchos deseos, pero no existe una investigación realmente sin inversión. Eso es a lo que tenemos que aspirar: a que nuestros gobiernos también se sensibilicen para que reconozcan lo importante que es la investigación, tanto clínica como básica, dado que hay gente preparada en nuestro país. Así, nosotros podremos aportar porque hay inteligencia en nuestro país. Nosotros podemos ver mucha gente que se ha ido y lamentablemente no regresa; hay mucha fuga de cerebros debido a que aquí no encuentran recursos”.

          Sin embargo, el panorama no es desolador. Durante su labor en investigación ha publicado más de 150 artículos, en revistas indizadas a nivel nacional e internacional, y más de 70 capítulos en libros especializados. Gracias a su desempeño como investigador titular, en proyectos auspiciados por el IMSS, el Conacyt y la BUAP, aplaude el crecimiento de iniciativas de apoyo a investigadores noveles. “Esto va estimulando a jóvenes y entusiasmándolos en este campo”.

          En este sentido, y como un profesional “cien por ciento BUAP”, como él mismo se define, ve a la universidad pública como la responsable, más que ninguna otra instancia, del estímulo y promoción a alumnos de grado interesados por el trabajo académico. “Creo que no es sano cuando uno no ayuda al estudiante y la gente quiere llevarse todos los méritos. Siempre se trata de compartir. Los estudiantes que colaboran con nosotros son gente inteligente y trabajadora que se va dando cuenta de lo que significa aparecer en abstracts y publicaciones desde etapas iniciales de su formación”.

          Entre los estudios realizados por él y su equipo de colaboradores, presentados en foros nacionales e internacionales y publicados en revistas indizadas con factor de impacto en el mundo, se encuentran: Deficiencia e insuficiencia de la vitamina D en pacientes con LES y su posible relación con la actividad de la enfermedad, Virus del Papiloma Humano y sus variables asociadas al cáncer cervicouterino en pacientes con LES  y Repercusiones de las variaciones en la densidad mineral ósea en pacientes con LES, para el tratamiento oportuno de osteoporosis.

          Para el investigador, nivel III del SNI, quien entre 2010 y 2012 fue considerado como uno de los médicos más citados a nivel nacional, haber ingresado a la Academia Nacional de Medicina de México representa años de trabajo y dedicación, y… muchos sueños: “En mi caso, mejorar la calidad de vida de los pacientes. Si bien es un logro personal, hay también el esfuerzo de muchos colaboradores y esto sirve para impulsar a otros, a resolver los problemas de salud y promover a gente joven. Es un gran honor y un gran compromiso”.

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Estudia la participación de las conexinas en la propagación de las señales producidas desde las células sometidas a terapia fotodinámica

El cáncer, un padecimiento que quita la vida a 222 mexicanos por día, podría tener un tratamiento a bajo costo, con la muerte puntual del tumor en cuestión, sin dañar el tejido sano. Esta es la investigación encabezada por Fabián Galindo Ramírez, académico del Instituto de Fisiología de la BUAP, quien utiliza un tratamiento conocido como terapia fotodinámica para generar señales de muerte entre las células cancerosas.

          La comunicación entre las células se lleva a cabo por medio de uniones comunicantes formadas por conexinas, las cuales se organizan y forman un túnel entre ellas para enviarse información. Dicho túnel es conocido como gap junctions.

          En este trabajo, Fabián Galindo, doctor en Fisiología por la BUAP, estudia la participación de las conexinas en la propagación de las señales generadas desde las células sometidas a terapia fotodinámica. Para este fin, emplea células derivadas de carcinoma de mama, próstata y pulmón, las cuales incuba con un fotosensibilizador y posteriormente aplica el estímulo luminoso -un rayo láser o led con un diámetro de entre una y cinco micras (una millonésima parte de un metro).

          La aplicación de la terapia fotodinámica en una sola célula genera cambios significativos en la concentración de calcio; dichos cambios se pueden propagar a las células vecinas en una radio de varias micras formando lo que se conoce como ondas de calcio.

          Varios fotosensibilizadores se localizan en organelas intracelulares, como la mitocondria y el retículo endoplásmico, donde promueven la formación de especies reactivas de oxígeno y con ello generan la muerte celular. De esta manera, al incidir luz en una célula se activa la sustancia fotosensible y produce esta señal de muerte que viaja a la siguiente –sin ser irradiada-, y así sucesivamente para generar un efecto en cadena.

          Estos resultados indican que las conexinas juegan un papel fundamental en la propagación de las señales generadas por la terapia fotodinámica y que su regulación podría ayudar a mejorar el tratamiento contra el cáncer, la tercera causa de muerte en México por fallecimientos, sólo debajo de la diabetes y las enfermedades del corazón.

           “A pesar de que empleamos mecanismos muy generales, no todos se comportan igual y tienen los mismos efectos, pero lo que sí parece contribuir de manera importante son las conexinas a la propagación de este efecto”, indicó el académico del Instituto de Fisiología.

          Por ello, se pretende entender los mecanismos que favorecen este efecto y potencializarlos. Más adelante, “con manipulación genética se podría incrementar la aparición de conexinas para atacar a un mayor número de células tumorales y, por otro lado, al modular su funcionamiento se protegería el tejido sano, para únicamente afectar la masa tumoral”, expuso el también titular del Laboratorio de Cáncer y Comunicación Intercelular.

          Galindo Ramírez, nivel I del Sistema Nacional de Investigadores, destacó que estas señales de comunicación intercelular pueden ser llevadas a otros planos de la medicina para disminuir efectos secundarios, ya que esta terapia es puntual porque se seleccionan los blancos, además no requiere de infraestructura aparatosa ya que incluso funciona con leds.

          Por otra parte, el académico notificó que además de analizar cultivos celulares se estudian modelos animales, a los cuales generó un tumor, con el fin de validar el efecto de la terapia fotodinámica en una masa real.

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BUAP. 30 de octubre de 2017.- Con ecuaciones matemáticas se podrían descifrar las incógnitas de los agujeros negros, una región del espacio-tiempo donde la luz no puede escapar y en la cual interactúan los conceptos de materia, gravedad y mecánica cuántica. Esta es la aplicación del trabajo desarrollado por el doctor Alberto Escalante Hernández, académico del Instituto de Física “Ing. Luis Rivera Terrazas” de la BUAP (IFUAP), investigación que es materia prima de científicos del Observatorio de París, el mayor polo de exploración astronómica en Francia.

Su proyecto contribuirá a la simulación y resolución numérica de agujeros negros, trabajo realizado por el doctor Jerome Florijan Pedro Novak, del Laboratoire Univers et THeories (LUTH), de ese centro de investigación en Meudon, en el que nacieron ciencias como la geodesia, la cartografía y la meteorología.

De acuerdo con el doctor Novak, los agujeros negros tienen un papel relevante en el desarrollo de otros fenómenos astronómicos y para realizar pruebas de la Teoría de la Relatividad General. “La singularidad del origen del Universo es muy parecida a la de los agujeros negros, por lo que definir las propiedades de estos últimos permitirá entender la formación del Universo en sus primeros instantes”.

En su grupo de trabajo no hay personal estudiando la gravedad cuántica, por lo que el contacto con físicos de la BUAP amplía los horizontes de sus investigaciones. Además, la paquetería computacional propuesta por este centro de investigación francés para cálculos de manera simbólica, llamado SageMath, ayudará a la labor del doctor Escalante Hernández, estableciendo así una colaboración directa entre el IFUAP y el Observatorio de París.

El proyecto de Conacyt de ciencia básica “Formulación de Faddeev-Jackiw para relatividad general en tres y cuatro dimensiones”, del cual es responsable técnico Alberto Escalante Hernández, permitirá que acudan al IFUAP investigadores del Observatorio de París, entre ellos Jerome Florijan Pedro Novak y Eric Gourgoulhon.

El estudio de la gravedad cuántica

La investigación de ciencia básica de Alberto Escalante Hernández, integrante del Grupo de Gravitación y Cosmología del IFUAP, se centra en la gravedad cuántica. Es decir, en la unificación de dos grandes teorías: la Relatividad General de Einstein y la Teoría Cuántica de Campos. Ambas son importantes cuando se quiere estudiar un campo gravitacional enorme en una región del espacio-tiempo muy pequeña, por ejemplo, la escala de Planck que es del orden de 10-33 centímetros.

Esta unificación de teorías, precisó, permitiría entender diversos acontecimientos como el fenómeno del Big Bang y arrojaría una nueva concepción sobre la creación y evolución del Universo. De aquí que las decenas de hojas enumeradas con fórmulas casi interminables e imposibles de descifrar para la mayoría de las personas, sean valiosas como las pupilas de sus ojos.

“La unificación de la Relatividad General y Mecánica Cuántica va más allá de obtener una ecuación, puesto que -a futuro- cambiarían las ideas que hoy tenemos del espacio y el tiempo, lugar donde todo cobra vida, puesto que la materia y el espacio-tiempo son actores dinámicos e interaccionan entre sí”, señaló Alberto Escalante, quien fue asesorado por Brandon Carter, ícono de la época dorada de la Relatividad General, durante una estancia posdoctoral en el Observatorio de París.

Tanto la gravedad como la Mecánica Cuántica tienen gran importancia para comprender los agujeros negros. En su interior -una zona muy pequeña- el campo gravitacional es muy grande, siendo un escenario perfecto para probar las ideas que se están obteniendo en gravedad cuántica.

El trabajo del académico, nivel II del Sistema Nacional de Investigadores, consiste en estudiar la unificación de gravedad y Mecánica Cuántica, mediante la teoría conocida como Gravedad Cuántica por Lazos, uno de los modelos más prometedores para lograr la cuantización del campo gravitacional.

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•         El invento ya cuenta con la patente otorgada por el IMPI

BUAP. 5 de julio de 2017.-  Con el propósito de estar a la vanguardia en nuevas tecnologías de circuitos integrados, un investigador de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE) de la BUAP desarrolló un amplificador de voltaje con características robustas, que permite un ahorro de energía en aparatos electrónicos, el cual ha sido patentado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

            “Conforme ha evolucionado la tecnología para la manufactura de circuitos, ahora es más complicado fabricar amplificadores, debido a que se usan materiales más pequeños y delgados que provocan que las características de los mismos no sean tan buenas y sean menos robustas. Es decir, menos confiables para los requerimientos de la industria”, explicó Víctor Rodolfo González Díaz, responsable del Laboratorio de Diseño y Caracterización de Circuitos y Sistemas de la FCE.

Por ello, buscó una mejora de los dispositivos, a partir de una nueva arquitectura, la cual está conformada por tres etapas en serie de amplificadores que utilizan una estrategia de ampliación mediante múltiples trayectorias.

“Lo que hicimos fue predecir el comportamiento del amplificador por medio de las rutas que sigue la señal analógica hacia la salida; de esta forma, logramos tener un desempeño muy bueno, sin el uso de elementos pasivos como los resistores”, afirmó.

   Esto quiere decir que una vez que se han eliminado los resistores en el proceso de manufactura, el amplificador está hecho principalmente por transistores y elementos capacitivos que aumentan considerablemente la confiabilidad requerida en la industria y reducen los costos de fabricación.

González Díaz, doctor en Diseño de Circuitos Integrados por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, comentó que este amplificador es capaz de consumir hasta un miliwatt al momento de procesar señales de audio y video, a diferencia de un amplificador tradicional que al realizar las mismas funciones consume aproximadamente 100 miliwatts de potencia, por lo que se consiguió una reducción de energía de 99 miliwatts, lo que se refleja en un mejor rendimiento de la batería de los dispositivos en los que se use.

Los amplificadores de voltaje son un elemento fundamental en cualquier circuito electrónico, debido a que son utilizados dentro de los convertidores analógico-digitales, incluso para llevar las señales fuera de los circuitos integrados.    

“En electrónica estas señales son de una amplitud muy pequeña y para que puedan ser procesadas se necesita un amplificador de voltaje; por ejemplo, supongamos que en un celular tengo una señal con un valor del orden de  diez mili (1e-3) volts, la cual quiero magnificar para escucharla en unos audífonos o transmitirla a otro teléfono, para ello es necesario amplificar la señal y esa es la función directa de estos dispositivos”, detalló.

A nivel industrial, comentó el investigador, los circuitos integrados se encuentran en cualquier aparato electrónico como celulares y computadoras -entre muchos otros- y estos a su vez se ocupan en casi todas las aplicaciones de un amplificador de voltaje. 

Gracias a su factibilidad y aplicación, a mediados del 2016 el IMPI le otorgó a la BUAP el título de patente de este invento denominado “Etapa de salida AB para amplificadores operacionales”, con el número 341693.

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BUAP. 5 de junio de 2017.- En 1972, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente, para inspirar en las sociedades el sentido de su responsabilidad en cuanto a la conservación y la mejora del medio. Mientras esta fecha gana relevancia cada año, el mundo pierde 15 millones de hectáreas de bosque.

            ¿Por qué es importante conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente? Ernesto Mangas Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, sostiene que la razón se basa en que los seres humanos también forman parte de los sistemas naturales, sin los cuales, esta y las otras especies no podrían existir.

            En entrevista, el responsable de impulsar un proyecto de captación, tratamiento y aprovechamiento de agua de lluvia, en el municipio de Puebla, con el cual se dejaría de utilizar la red municipal durante casi siete meses al año, para dar oportunidad al acuífero de recargarse de forma natural, habló de la importancia de generar en México políticas públicas, reformas legislativas y cambios en los hábitos de consumo, a fin de salvaguardar la riqueza de ecosistemas que el país posee y que lo colocan como uno de los cinco más diversos de la Tierra.

            “El 75 por ciento de las cactáceas del mundo son endémicas de México, así como el 50 por ciento de los anfibios. Del total de reptiles del país, casi la mitad sólo vive en el territorio nacional. Por tanto, tanto gobierno como ciudadanos tenemos el compromiso de preservar toda esta riqueza de ambientes, de fauna y flora, que nos convierte en uno de los países megadiversos del mundo”, sostuvo Mangas Ramírez.

            Según datos de la Revista Mexicana de Biodiversidad, el país ocupa el onceavo lugar en número de especies de aves con respecto a otras naciones megadiversas. “Cerca del 75 por ciento de aves vienen de otros lugares del mundo debido a que México posee todos los ecosistemas del mundo. Sin embargo, cada dos días se pierde en nuestro país un área natural del tamaño del municipio de Puebla”, destacó el investigador de la BUAP.

              La misma publicación posiciona a México en la quinta posición en cuanto al número de plantas vasculares y de anfibios, en el tercero por su cantidad de mamíferos y en el segundo por sus reptiles. Brasil es el país que posee más variedades de especies animales y de flora.

-¿Por qué se sigue dañando el capital natural de México, si existen leyes que regulan actividades humanas a fin de salvaguardar los ecosistemas?

-Se debe a muchos factores. Uno de ellos es que las leyes actuales sólo imponen sanciones económicas a las empresas u organizaciones que contaminan por sus actividades. Además, éstas reciben notificaciones sobre cuándo las autoridades harán inspecciones. No veo a ningún agente de tránsito avisando dónde y en qué fechas vigilarán que los autos no excedan los límites de velocidad.

-Ante las campañas que promueven ahorrar agua y reciclar residuos, entre otras acciones encaminadas al cuidado del ambiente, muchas personas sostienen que su contribución no es significativa frente a los daños que ocasionan las grandes empresas con sus contaminantes, y por ello optan por no hacerlo. ¿Qué tanto hay de cierto?

-Sin duda las empresas contaminan mucho más que una familia cualquiera. Su impacto es mayor y por ello los gobiernos deberían tomar decisiones al respecto, como la modificación a los reglamentos y leyes, así como el incremento de los impuestos, para destinar la recaudación a las estrategias pro ambientales. No obstante, como individuos tenemos que asumir nuestra responsabilidad, sino formaríamos parte de todo eso que tanto criticamos. Si logramos que esta consciencia individual trascienda a la colectividad el impacto de nuestras acciones se multiplica.

          Desde que esta jornada se comenzó a celebrar en 1972, en todo el planeta se han organizado miles de eventos relacionados: desde campañas de limpieza de vecindarios, hasta acciones que hacen frente a los delitos contra la fauna y flora silvestres, o actividades de reforestación.

Este año, el Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema “Conectar a las personas con la naturaleza”. Según el boletín oficial de Naciones Unidas, en esta edición -que tendrá lugar en Canadá- se invitará a los ciudadanos del mundo a reflexionar sobre su lugar en la naturaleza y su dependencia estrecha.

            “Basta con que nos desconectemos un rato de nuestras actividades diarias, el teléfono y los pendientes del trabajo para hacer deporte extremo al aire libre, acampar en un entorno natural o simplemente salir al bosque a contemplarlo para que nos demos cuenta de su belleza, valor e importancia para nuestras vidas. Así podemos comenzar con el cambio cultural que como humanos y como seres vivos necesitamos”, concluyó el académico.

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