Domingo, 14 Octubre 2018 19:27

El periodista Manuel Sánchez Pontón Osuna

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

          El periodista Manuel Sánchez Pontón Osuna, quien fuera director durante varios años de La Opinión Diario de la Mañana, falleció la noche del viernes en su domicilio particular de la capital del estado a los 92 años de edad.

         Don Manuel o Manolete, como le conocían sus amigos, ingresó al periodismo a los 17 años de edad en el diario La Opinión y fue escalando puestos hasta llegar a la dirección del periódico en los inicios de los años sesenta.

         Durante las luchas universitarias de 1961-1972, fue un periodista comprometido con la llamada reforma universitaria que culminó con la llegada a la rectoría del químico Sergio Flores quien asumió el poder declarándose de izquierda.

          El grupo derechista de la propia UAP, que contó con el apoyo del sector empresarial de Puebla y de la jerarquía eclesiástica que encabezaba el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz, fue derrotado en esa lucha por el control de la entonces única universidad pública de Puebla.

         La participación abierta y decidida a favor del sector progresista de la UAP, de Sánchez Pontón, fue decisiva en el triunfo del grupo liberal, que en los tiempos de las luchas universitarias, fue llamado comunista. Sin su participación, hubiera sido fácil reprimir a quienes se oponían a que la derecha siguiera controlando a la institución de educación superior más importante del estado.

          El Partido Revolucionario Institucional en Puebla, tiene que acelerar sus trabajos de recomposición de sus filas, pues grupos importantes, como el Movimiento Antorchista y el Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de esta capital, según han dicho sus líderes en el estado, tienen planes, cada uno por su lado, de crear partidos políticos locales, por considerar que el PRI es un partido en decadencia.

           Si los priístas siguen pensando como en el pasado y no dialogan con sus bases, como afirmó Adela Cerezo, una priísta destacada en Puebla, en vez de reestructurarse se extinguirá.

            En el pasado proceso electoral su derrumbe en la entidad, fue estrepitoso: solo ganó una de las 15 diputaciones federales en juego; no ganó ni una diputación local de mayoría y si bien obtuvo el triunfo en poco más de 80 ayuntamientos, ninguno de ellos es realmente importante, ganó la chiquillada: desde los que tienen menos de mil, menos de dos mil y menos de tres mil habitantes (39) algunos de cinco mil, diez mil y un poco más habitantes. La capital y la mayor parte de las cabeceras de distrito, fueron para partidos opositores al antes poderoso PRI.

             Otro partido que anda en problemas graves, es el de la Revolución Democrática PRD. Al igual que el PRI, requiere de cirugía mayor, pues las pasadas elecciones le demostraron que ya no es nadie en estos momentos, en la política nacional y local.

               Al igual que el PRI, los miembros que aun le quedan, en reunión para reestructurarse, pidieron que se le cambie el nombre.

               Cambiar el nombre a un partido, no sirve de nada, si no hay cambio en el manejo interno, es decir, si los dirigentes siguen actuando igual, en la misma forma en que han llevado a cabo sus actividades, que fue lo que provocó su derrumbe.

               Se tienen que reformar estatutos, principios, programa de acción, en fin, tiene que conformarse nueva estructura, reinventarse y sobre todo, sostener sus principios ideológicos con firmeza.

               Andar aliándose con la derecha, un partido que se dice de izquierda, fue un grave error que condujo al desplome del PRD y del PAN. ¿Para qué esa alianza? ¿para pescar algunos puestos de gobierno o de representación popular?

                 Si no ha sido por los perredistas de provincia, que se opusieron cerradamente a que dirigiera nacionalmente al PAN Luis Maldonado Venegas, el ex dirigente del partido Movimiento Ciudadano que fue traído a Puebla para ocupar la secretaría general de gobierno, lo hubiera sido.  Por indicaciones del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, ingresó al PRD para ser diputado federal y  también estuvo a punto de ser el dirigente nacional de ese partido, por indicaciones del mismo gobernador de Puebla de ese entonces, que según nos dicen, algún arreglo (en lo oscurito, claro) tiene con Los Chuchos, que tan mansamente lo obedecen.

                  México está viviendo una nueva etapa de su historia querámoslo o no, nos guste o no. Algo bueno puede resultar de todo el movimiento político que se ha iniciado, pues no podemos estar peor de cómo estamos.

                    Para nadie es un secreto, que como dijo el sábado en su gira de agradecimiento, Andrés Manuel López Obrador, con Carlos Salinas de Gortari, como presidente de la república, se inició la debacle del país, que nos tiene con creciente desigualdad, con creciente pobreza, con creciente inseguridad, criminalidad e impunidad, es hora de decir: Basta.   

                    Nuestras sentidas condolencias para los familiares y amigos de la periodista Estela Vázquez, quien falleció la semana pasada.

                    Era una activa reportera que trabajaba en forma independiente y que colaboraba con diversas publicaciones digitales, entre ellas, el Diario de Puebla.

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       Este día inicia el Partido Revolucionario Institucional, el proceso para designar candidatos a diputados federales y senadores para las elecciones de julio próximo.

       El 21 de este mismo mes, se lanzará la convocatoria para la designación del candidato a gobernador del Estado, para los próximos seis años.

       Tenemos información de que no solicitará licencia para dejar la secretaría general de Gobierno, el licenciado Diódoro Carrasco, pues su candidatura al Senado de la República, por el estado de Oaxaca, su estado natal, estaba condicionada a que el ex gobernador Rafael Moreno Valle, obtuviera la candidatura a la Presidencia de la República. Como eso no ocurrió, nos dicen, don Diódoro Carrasco, se queda donde está.

        La “fuerza arrolladora” de México al Frente, una alianza conformada por el PAN, PRD y PMC, actuará sensata y realistamente en Puebla. Solo lanzará candidatos para la renovación de 217 ayuntamientos, en 54 de ellos, no tiene para más.

        Solo el PRI tiene comités municipales en los 217 municipios, ni el PAN, ni el PRD, cuentan con dirigencias en muchos de los principales municipios del estado y tampoco tienen elementos más o menos preparados, para lanzarlos como candidatos a los diversos cargos de elección popular, que estarán en juego.

        En este espacio hemos insistido siempre, en que los partidos llamados de oposición, carecen en general, de estructura y organización. El nuevo partido Morena, por ejemplo, tiene a mucha gente que le ha llegado de todas partes, siguiendo a su líder nacional Andrés Manuel López Obrador. Pero es gente sin ideología política de ningún tipo, aunque vaya del PAN o del PRD y sus problemas para elegir candidatos, se reflejan en el hecho de que se mencionan para abanderar a ese partido, personas que han militado en otras organizaciones y muchas de ellas, con larga cola que les pisen.

        Tener estructura y organización, no es cosa que se logre de la noche a la mañana. Se requiere mucho trabajo de campo y un periodo más o menos largo para alcanzarla.

         Por desgracia, ni siquiera en el PAN, partido que el año próximo cumplirá 80 años de haber incursionado en la vida nacional, se han interesado en eso. Eso sí, protestan, acusan de chanchullos y de fraudes electorales al PRI, el único partido que cuenta con una “maquinaria electoral”, que podrían tener los otros partidos, pues los recursos que reciben de la Federación y de los gobiernos estatales, bien aplicados, les permitirían hacerlo, y en sus filas ahora militan muchos priístas, que saben de eso.

        Todos los partidos han tenido graves problemas internos: el PRI, el PAN, el PRD y hasta Morena y su militancia ha emigrado de unos a otros.

         Eso ha decepcionado a muchos ciudadanos que consideran que ningún partido tiene ya seriedad: han perdido ideología, ya ni si    quiera mencionan sus principios, su programa de acción, elementos que son básicos para identificarlos. La ex dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, ha dicho que a ella nada le dice ni izquierda, ni derecha. Por eso se dan esas alianzas antinaturales del PAN, partido de derecha, con el PRD, partido supuestamente de izquierda.

          El abstencionismo en las elecciones que culminarán el primer domingo de julio próximo, se espera elevado, precisamente por lo que comentamos.

          Anuncia el Movimiento Antorchista, una movilización de 40 mil de sus militantes en esta capital, el 15 de enero próximo, la fecha en que el gobernador Antonio Gali, informará a la ciudadanía, de lo que su gobierno ha realizado en el primer año de su gestión.

          Los antorchistas protestarán por la lentitud con la que camina la investigación sobre el asesinato de Manuel Hernández Pasión, líder de esa organización en la región de San Martín Texmelucan.

          El Movimiento Antorchista, sabe muy bien cuando protestar para recibir atención a los problemas que habiendo sido planteados en tiempo y forma, no han sido atendidos.

          Los políticos se pelean a través de declaraciones que luego difunden los medios de comunicación. Los rumores sobre los pleitos y las discusiones entre ellos. Ahora, imitando al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se lanzan acusaciones y reclamos, hasta por twitter.

          Los pleitos son frecuentes y públicos desde que el medio político nacional, se empezó a descomponer. Por eso resulta sorprendente que el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, agradezca públicamente la declinación del ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, su declinación a competir por la candidatura presidencial del PAN y califica esa acción como “generosa”.

           Eso solo se explica por el “gran espíritu cristiano que existe en los corazones panistas; por la gran unidad que hay internamente en ese partido, donde todo es armonía, amor, honestidad y enorme espíritu de servicio” Amén.

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       Hace más de veinticinco años, nació el PRD, dividido y enfrentado entre sí. Lo que en su inicio se llamaron “corrientes ideológicas”, acabaron convertidas en vulgares “tribus”.

        Esa división, ese enfrentamiento que parece ser eterno entre los izquierdistas, produjo hace dos años, el surgimiento de un nuevo partido, el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que encabeza quien fuera candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador.

       Morena y PRD, iniciaron una guerra que ha dado por resultado, el debilitamiento del de la Revolución Democrática, que ha visto cómo figuras relevantes del perredismo se han pasado a las filas del partido que comanda López Obrador, al grado de que la representación perredista en el Congreso de la Unión, ha sido diezmada y lógicamente muy debilitada, por el abandono de diputados y senadores, que ahora militan en las filas del PT y de Morena.

       Como si fuera una maldición, los morenistas poblanos han iniciado un proceso divisionista en su interior, al asestar un golpe a los recién llegados Alejandro Armenta Mier, salido del PRI; Miguel Barbosa, egresado del PRD y Juan José Espinoza, del Movimiento Ciudadano, aspirantes a la candidatura de Morena para la  gubernatura del Estado.

       Olvidándose de que su líder nacional y virtual candidato presidencial, López Obrador, fue priista, partido del que salió para luego militar y ser dirigente nacional del PRD, desecharon a los recién llegados a Morena para figurar como candidatos a la gubernatura, afirmando que tal posición debe ocuparla un “morenista” auténtico, es decir, uno que no haya sido “contaminado” por otros partidos que sirven a la “mafia del poder”.

        El proceso de división y enfrentamiento interno que durante más de 25 años ha sufrido el perredismo, parece repetirse ahora en Morena.

        Su Consejo Estatal ha propuesto una terna para elegir al candidato al gobierno estatal, conformada por Rodrigo Abdala, Abelardo Cuellar y Alonso Aco, ilustres desconocidos en el medio político, excepto Rodrigo Abdala que ha hecho ya trabajo como diputado federal, logrando que su nombre sea conocido, aunque en forma modesta, por la ciudadanía.

        Ninguno de los candidatos propuestos por los consejeros estatales, podrá competir con figuras priistas de la talla de Enrique Doger, Juan Carlos Lastiri y otros. Morena solo podría luchar con relativo éxito, con candidatos de la talla de Armenta, Barbosa, Manzanilla o Espinoza.

        Morena es un partido que tiene fuerza numérica, por el gran número de simpatizantes, pero no lo es todo, requiere estructura, que todavía no tiene, y organización, que se derivará de una buena estructura.

        Sería bueno que el grito izquierdista de “el pueblo, unido, jamás será vencido” se convirtiera en otro que dijera que “la izquierda dividida, siempre será vencida”. Al tiempo.

        El partido Revolucionario Institucional, tiene la intención, según han dicho sus líderes, de llevar a cabo la paridad de género en la designación de sus candidatos a los diversos puestos de elección popular, al 50 por ciento. Es decir, por cada candidato varón, designar a una candidata mujer. Algo que será difícil lograr, como pretenden los priistas, de la noche a la mañana.

         Pero además, ha acordado designar como sus candidatos, a jóvenes al tres por uno, o sea que por cada dos candidatos mayores de 40 años, vaya uno de 18 a 39 años.

       Generalmente el PRI lanza como candidatos jóvenes, para regidores, diputados locales o diputados federales, a jóvenes, sí, pero siempre y cuando sean hijos de líderes, de viejos militantes priistas, de diputados o de quienes hayan logrado ya formar parte de la llamada “clase gobernante”. Exactamente como se hacía en las monarquías de la Edad Media. Solo destacaban en los gobiernos, los miembros de la nobleza.

       México, se supone, es un país republicano y democrático y teóricamente eso significa, que cualquier ciudadano con cierta preparación, puede aspirar a desempeñar un puesto de representación popular o un puesto administrativo en alguna de las instancias de gobierno.

       No siempre es así y desde la llegada de la “tecnocracia” se ha hecho más difícil para los que no son hijos o familiares de políticos destacados, llegar al poder.

       Conocemos a un abogado penalista, joven pero muy destacado, Roberto Rodríguez Cortés, que aspira a ser candidato a diputado federal por parte del PRI, en el próximo proceso electoral.

        Tiene cualidades para ser representante popular, sobre todo, porque es poseedor de una muy desarrollada sensibilidad social, algo que nuestros políticos han ido perdiendo a pasos agigantados y de ahí su decadencia.

       Ha venido realizando un trabajo muy estrecho con la gente, sobre todo de las personas con mayores carencias.

       Sabe los problemas de las colonias populares, las conoce, las ha apoyado en gestiones ante diversas autoridades; ha canalizado hacia las instituciones de salud, a quienes le han solicitado su intervención para obtener una atención médica urgente, en fin, tiene vocación política y social.

        Es difícil encontrar a personas, sobre todo jóvenes, con características similares. Ahora falta ver si el Partido Revolucionario Institucional, tiene la intención,  de veras, de incluir a los jóvenes en su proyecto, a los jóvenes capaces, honestos y con vocación de servicio o si va a seguir actuando como si fuera  la agencia para colocar en puestos de elección o administrativos, solo a los de la familia real.

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El dirigente estatal de la Red de Jóvenes por México del Partido Revolucionario Institucional en Puebla Lorenzo Rivera Nava, en conferencia de prensa, refirió que para la elección del 2018 estará solicitando que una de cada tres candidaturas sea para jóvenes y para ello dijo estamos trabajando rumbo a la Asamblea 21 de la Red.

Agrego Rivera Nava que este organismo rumbo a la Asamblea 21 en la red realizaron 15 Asambleas Distritales a lo largo y ancho del estado, y en cada una de ellas escuchamos y dialogamos con jóvenes priistas, pero también- dijo se abrió el espacio para hablar con jóvenes universitarios, empresarios y con jóvenes que están preocupados por el desarrollo de nuestro estado.

En cuanto a la propuesta de algunos priistas que piden sea por consulta a la base como se defina al candidato a la gubernatura, dijo que es un método que ha estado presente en los estatutos del PRI, considerando que en muchas regiones ha funcionado bien y también en algunos municipios genera fracturas y esto nos complican el proceso en el tema constitucional.

Agrego en cuanto a los métodos a seguir que el líder nacional  del Revolucionario Enrique Ochoa Reza dijo, que los métodos tienen que ser múltiples dependiendo del momento, la circunstancia de cada región en el estado y por supuesto que en esto está la consulta a las bases y la Convención de Delegados  entre otros y así mismo señalo que son necesarios muchos métodos porque si hiciéramos todo por consulta a las bases, tal vez ganarían únicamente hombres, o personas mayores de 50 años y no habría oportunidad para los jóvenes, ni para garantizar el 50 por ciento que establece el derecho a las mujeres, por lo tanto debe haber ese equilibrio y con ello  se  debe de abonar a la unidad y ver que método permite que lleguemos fortalecidos.

En lo referente a la propuesta de la Red que por cada tres candidaturas sea un joven tanto para la elección de representación proporcional, como para la elección popular para que así   los jóvenes tengamos garantizados espacios de decisión y competitivos para estar a la altura de lo que exige nuestro país.

Dijo que otra propuesta es evitar a los diputados plurinominales chapulines, ya que no se puede seguir fomentando ese tipo de brincos por ejemplo si un candidato llega por la vía plurinominal en la próxima elección tiene que ser por elección para garantizar que haya movimiento y que haya piso parejo para todos.

Cuestionado respecto  a las posibilidades del PRI en el proceso electoral del 2018  para recuperar espacios perdidos  Rivera Nava dijo, que su partido tiene una gran oportunidad de recuperar  espacios en Puebla  para poder aterrizar políticas públicas que regresen la cercanía con los ciudadanos, que regrese la seguridad, el apoyo a los jóvenes y al campo  así como a  las mujeres  y por supuesto que al ser un partido fuerte pues tiene liderazgos interesados  en encabezar esfuerzos cada uno con sus fortalezas y trayectorias y si bien el interés personal es algo legitimo creo que los que estamos en el PRI tenemos claro que más allá de los intereses personales debemos apostarle al equipo y al proyecto y ese proyecto se llama PRI.

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    Grandes aciertos ha tenido el gobernador Antonio Gali Fayad, en su primer mes de mandato, pero tal vez el más importante hasta ahora, sea el de afirmar categóricamente, que no se privatizará el servicio de agua potable.

     Muchos municipios importantes ya estaban preparados para actuar jurídicamente contra una imposición de ese tipo, del gobierno del Estado, algo que no era un simple rumor, sino que se veía venir. Por algo se reformó un artículo de la Constitución General del Estado, para permitir al gobierno local, intervenir para determinar el modelo que los municipios deberían seguir en este rubro.

      La medida, ya aplicada en el municipio de Puebla, estaba provocando irritación no solo entre los ciudadanos que conforman los ayuntamientos, sino en general en la población.

      El agua es un bien que nos pertenece a todos y las autoridades municipales tienen obligación, según establece el artículo 115 constitucional, de proporcionar ese servicio a pobres y ricos, con tarifas accesibles para todas las clases sociales de acuerdo a las zonas donde habiten. La privatización de un servicio tan importante, origina su encarecimiento en perjuicio de las personas de menores recursos. Ya se vio lo que pasó en esta capital. El sector privado quiere hacer negocios, no brindar un servicio básico a la ciudadanía. Eso es responsabilidad de las autoridades de acuerdo a la Constitución.

    El partido Revolucionario Institucional, emitió un boletín en el que informa que aquellos de sus miembros que se pasan a otro partido o sirven a los intereses de otra formación política, prácticamente quedan fuera del PRI, aunque se habla de un proceso meramente burocrático para su expulsión.

     Esto en relación al hecho de que el licenciado José Alarcón Hernández, uno de los más brillantes operadores electorales que el priismo poblano ha tenido en décadas, fue designado representante ante el Instituto Electoral del Estado, del partido local Compromiso por Puebla.

     Lo cierto es que no ha sido expulsado formalmente del PRI, ni uno solo de los militantes que han venido abandonando las filas del partido tricolor desde hace algunos años. El más amenazado, tal vez por ser hijo de quien es, ha sido Fernando Morales Martínez, y no ha pasado nada.

     Todos los que han salido del PRI, reconocen que en ese partido lo aprendieron todo. Elogian su ideología, su política social, su sentido nacionalista, pero sobre todo, su estructura y su organización, características que ha venido perdiendo.

      Pero también todos, se quejan de sus dirigencias local y nacional. Desde hace algunos sexenios, los que ascienden a puestos directivos dentro del partido, nos dicen, adoptan poses de propietarios y creen que pueden hacer y deshacer a su antojo. Los viejos militantes, por muy capaces y leales que hayan sido, son vistos como un estorbo y de ahí, que prácticamente sean desechados.

      Esta práctica se inició con el salinismo, cuando la clase política tradicional, la que se hizo en la brega partidista, fue ignorada para ser sustituirla por egresados de Harvard y de otras universidades gringas.

      La tecnocracia salinista se adueñó de todo, para “modernizar” a este país, del que desconocían o habían olvidado su historia.

      En el segundo sexenio de los tecnócratas, tuvieron que pasar la estafeta al PAN, para evitar que los mismos priistas los echaran del poder, como ellos pretendían acabar con la clase política tradicional.

      Los panistas agudizaron la crisis económica, no resolvieron los problemas más sentidos; desataron la guerra con el narcotráfico y la delincuencia organizada, guerra que se ha venido agravando y que no se sabe cuándo va a terminar. Esa guerra ha costado miles de millones de pesos al Estado Mexicano; cientos de miles de vidas de jóvenes mexicanos y decenas de miles de desaparecidos.

     A México ahora lo agobia el desempleo, la pobreza y la pobreza extrema, la inseguridad, el deterioro de sus sistemas educativo y de salud y la terrible descomposición política y social que se observa en todas partes.

     Tenemos un gasto enorme para sostener a partidos que cada día son menos importantes para la sociedad y un gasto en seguridad, que parece tirado a la basura, pues el problema no solo no decrece, sino que crece.

      Ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD, están para andar expulsando a sus militantes que se van a otros partidos. Lo que deberían hacer, es analizar porque se están saliendo sus mejores cuadros y hacer proyectos para recuperarlos.

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