Domingo, 01 Julio 2018 20:51

Gabinete y votantes

Columna | Desde el portal

 Con una altísima afluencia de votantes, se realizó ayer la esperada jornada electoral de 1 de julio, que tuvo como factor principalísimo la irrupción tecnológica en los medios de comunicación, que permitió a partidos, candidatos y votantes, conocer propuestas y debilidades de uno y otro, pero fundamentalmente, desnudaron al sistema político vigente que permitió hacer conciencia ciudadana y decidir sobre quién desee lo gobierno a partir del 1 de diciembre.

 Y aunque el proceso electoral está lejos de concluir porque siguen varias etapas, la abrumadora mayoría de votantes –que incluso permitirán ampliar el horario de las casillas- permite definir con claridad quien es el triunfador. Y el puntero en las encuestas y en la comunicación subterránea de la población, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador se disponía desde ayer “palomear” a los integrantes de su Gabinete, en tanto merodeaban por las casillas los encuestadores y las falsas estadísticas que trataban de confundir al electorado.

 Puede ser válido que quienes sientan amenazados sus intereses, los privilegios de los que han gozado durante décadas, las facciones integrantes de la mafia en el poder, hayan propiciado y propicien rumor4es y ataques sin fundamento, pero esos grupos por amplios o minoritarios que sean no influyen ni influirán en la decisión de la amplia mayoría del pueblo de México que, de manera decisiva, decidió con su voto quien habrá de gobernarlos.

 Y quien resulte ganador, está comprometido con el pueblo de México, porque es una decisión de cambio y de corrección de rumbo, de terminar con las desigualdades sociales que se han ahondado desde la cúpula del poder y de la impunidad, del hacer del erario público botín para los amigos y los familiares, los incondicionales y los cómplices que se han enriquecido al amparo del poder. Y si hay la decisión de la continuidad que todo mundo rechaza, como es el caso de los privilegios a los ex presidentes, todo habrá cambiado para no cambiar.

 El pueblo de México, como lo ha demostrado la salida a las calles de millones de ciudadanos para ejercer su voto de manera civilizada como instrumento de cambio, exige una transformación, una transformación que sí es preciso realizar, pues de manera unánime ha decidido participar en la actividad pública para dejar que ésta no la acapare o la secuestren unos cuantos. Es preciso atender el llamado de la mayoría que ha decidido, por la vía pacífica, darse el tipo de Gobierno que mejor convenga a sus intereses.

 Si el voto se respeta y el cambio de poderes se realiza de manera pacífica, México será ejemplo para el mundo, más allá de las trampas y los chanchullos o las injerencias externas como ocurrió en los Estados Unidos, para de manera civilizada, usar los instrumentos legales, tecnológicos y civilizados para la renovación de poderes. Y pese a los incidentes ocurridos hoy, que recuerdan el pasado ya superado, las elecciones hasta ayer por la tarde transcurrían de manera tranquila y participativa, esperándose concluir de manera exitosa.

 Si es así, México habrá avanzado en la democracia. Falta que sus aspiraciones de superar la desigualdad y de impulsar el desarrollo económico basado en una educación de calidad, de generación de empleos y de ingresos para mejorar las condiciones de vida de millones de compatriotas, se haga realidad.

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Publicado en COLUMNAS

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