PARÍS, FRANCIA. - Una parodia de la Última Cena, liderada por drag queens, durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024 ha suscitado una ola de reacciones de indignación.

En un comunicado publicado este sábado 27 de julio, la Conferencia Episcopal Francesa criticó las “escenas de escarnio y burla contra el cristianismo, que deploramos profundamente”.

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“Agradecemos a las personas de otros credos religiosos que han expresado su solidaridad. Esta mañana, pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que han sido heridos por el ultraje y la provocación de algunas escenas”, señalaron los obispos de Francia.

Javier Tebas Medrano, presidente de La Liga, como se conoce a la liga profesional de fútbol de España, se refirió a la blasfemia como algo “inaceptable, irrespetuoso, infame! Usar la imagen de la Última Cena en los Juegos Olímpicos de París es un insulto para los que somos cristianos. ¿Dónde queda el respeto por las creencias religiosas?”.

El Arzobispo de Santiago de Chile, Mons. Fernando Chomali, expresó en X su dolor y decepción por “la parodia grotesca de lo más sagrado que tenemos los católicos, la eucaristía”.

“La intolerancia de los ‘tolerantes’ no tiene límite. Así no se construye una sociedad fraterna. Fuimos testigos del nihilismo en su máxima expresión”, lamentó.

“Lamentable espectáculo ayer en Paris. Blasfemo y repudiable. Aunque Jesús nos lo advirtió, no hay derecho a ofender sentimientos tan hondos de nuestra fe católica”, afirmó en X Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina.

Uno de los prelados más conocidos en la Iglesia Católica en Estados Unidos y Obispo de Winona Rochester en Minnesota, Mons. Robert Barron, alentó a los católicos a “hacer que sus voces se escuchen” en respuesta a lo que llamó una “burla grosera contra la Última Cena”.

En una publicación en X (antes Twitter), Mons. Barron dijo que el acto blasfemo fue una muestra emblemática de “una sociedad posmoderna profundamente secularizada” que identifica al cristianismo como su enemigo.

Fray Nelson Medina, conocido sacerdote dominico colombiano que realiza un vasto apostolado en redes sociales, señaló “que no verá ni una escena de los Juegos Olímpicos. Qué asco lo que han hecho burlándose del Señor Jesucristo y de su máxima donación de amor. Y es que son cobardes: con Mahoma no se meterían. #JuegosOlímpicosParís2024”.

Por su parte y en desagravio a la blasfemia, el Obispo de Madison, Mons. Donald Hying, animó inmediatamente a los católicos a “ayunar y rezar, renovar nuestra devoción a la Eucaristía, al Sagrado Corazón y a la Virgen María”.

“Que Jesús sea adorado y amado en cada tabernáculo en todo el mundo”, señaló el prelado en una publicación en X, en la que agradeció a Dios por la Eucaristía, la Ultima Cena y su “amor por nosotros”.

El sacerdote español Juan Manuel Góngora, que en X es seguido por más de 76 mil personas, reaccionó a la burla con una cita de J.R.R. Tolkien, el famoso escritor católico de la saga de El Señor de los Anillos: “El mal no puede crear nada nuevo, solo corromper o arruinar lo que las fuerzas del bien han inventado o construido”.

El Obispo de Brownsville (Texas), Mons. Daniel Flores, también reaccionó velozmente y señaló: “Mi vocabulario no es lo suficientemente amplio como para encontrar una palabra para nombrar lo que siento en la boca del estómago”, añadiendo que los cristianos “merecen más respeto”.

Los sentimientos de Mons. Flores también tuvieron eco en algunos no cristianos. “Incluso como judío, me enfurece este insulto escandaloso a Jesús y a la cristiandad”, afirmó el Dr. Eli David, quien lamentó además que la ceremonia de inauguración ha mostrado que Europa está “muriendo culturalmente”.

El P. Francisco Javier Bronchalo, de la diócesis española de Getafe y autor de varios libros, lamentó que “hoy París 2024 ha empezado riéndose en la cara de millones de personas. Ridiculizan lo sagrado para hacer daño. Es claro que la gran defensora que planta cara al mal es la Iglesia Católica. Por eso los ataques son cada vez más diabólicos”.

El hombre más rico del mundo, Elon Musk, también dijo que el espectáculo fue “tremendamente irrespetuosos para los cristianos”.

El senador católico estadounidense Marco Rubio también respondió a lo que consideró un “freak show” (espectáculo de fenómenos), citando el pasaje bíblico Judas 1, 18: “En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones impías”.

La diputada francesa en el Parlamento Europeo, Marion Maréchal, nieta del famoso líder de la derecha Jean Marie Le-Pen, se dirigió en X “a todos los cristianos que se han sentido insultados por esta parodia drag queen de la Última Cena: sepan que no es Francia la que está hablando” en la inauguración “sino una minoría de izquierda lista para cualquier provocación”.

Publicado en RELIGIÓN
Lunes, 04 Septiembre 2023 08:48

Misa a la jornada de la oración

PUEBLA, Pue. – Monseñor Víctor Sánchez Espinosa en su homilía ayer en el Catedral, informó que él Papa Francisco estableció que a partir de este año, los 1° de septiembre se celebrará la "Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación" para llamar la atención sobre los problemas medioambientales del planeta, aprovechando la reacción mayormente positiva a su encíclica sobre ecología Laudato sí.

Publicado en RELIGIÓN
Miércoles, 08 Febrero 2017 15:31

Concurrencia de pulsos ante las atrocidades

Artículo | Algo Más Que Palabras

    Cooperación, más cooperación y más colaboración, es lo que nos da fuerza para poder ingerir los días sin caer en el desconsuelo. Sin duda, ahí radica la mejor prueba de socialización, de avance humanista de la especie. Para todo nos hace falta tesón y esfuerzo, sin obviar que en solitario tampoco se consigue nada, es menester que la contribución de cada ser humano se intensifique, mayormente para prevenir y resolver los conflictos violentos que impulsan los sembradores del terror. Únicamente, desde la concurrencia de pulsos, se pueden reconstruir caminos de concordia, enhebrar horizontes limpios, oxigenar el planeta, engrandecer la vida de todos y de cada uno de nosotros. Tenemos que ir unidos, sin desfallecer, sólo así renacerá una humanidad más armónica, menos interesada, más solidaria y auténtica. A propósito, resulta alentador que, con ocasión del quinientos aniversario de la Reforma, protestantes y católicos acepten la conmemoración conjunta de los acontecimientos históricos del pasado, como una oportunidad para refundirse en las ideas. Esas conjunciones de pensamientos diversos, pero no distantes, nos invitan a ser más comprensivos, a despojarnos de todo resentimiento, a conciliar otras ansias que nada tienen que ver con el poder, sino con la donación, con la entrega y generosidad de no descartar a nadie de nuestro entorno, de nuestro  propio camino.

    Es verdad que la humanidad ha ido avanzando en sus conquistas científicas y tecnológicas, hasta globalizarnos, pero no hemos sabido aún conciliar esfuerzos y alimentar uniones. Cada país tiene o tendrá necesidad de los demás. Por desdicha, andamos como muy divididos, con el corazón herido, por falta de consideración de unos para con otros, levantando muros en vez de abrir fronteras. Nos urge calmar inútiles y absurdos frentes que lo único que vierten son riadas de angustia y dolor. Quizás debiéramos pensar más en la política de puertas abiertas. Ojalá, en un futuro próximo, la ciudadanía active una cultura más del alma, de la trascendencia, de los valores del espíritu en definitiva. Será un buen modo de asegurar el sosiego y de activar la paz en los corazones. Lo cierto es que cada día son muchos más los ciudadanos que necesitan ayuda humanitaria. Es el efecto de la pérdida de humanidad, de la falta de conciencia sustentada en sólidas leyes morales. Verdaderamente, ahora caminamos sin apenas sentirnos humanos, como muy multiplicados en pugnas, en batallas inútiles, sin tiempo alguno para la reflexión y el diálogo, para la escucha y la mano tendida. Lo que si resulta preocupante son las incesantes violaciones de derechos humanos perpetradas a nivel mundial contra cualquier persona. Esto debería aminorarse y ver la manera de entenderse, mediante la apertura de la mente y el corazón.

    No hay otra manera de avanzar humanamente que ayudarse, como agentes de libertad y de justicia, a continuar hermanados para superar las barreras y los conflictos. El mayor regalo que nos podemos dar es no tener recelo a la concurrencia de latidos. ¡No hay que tener miedo a amar!. Aunque el desafío sea un compromiso, con el riesgo de que se aprovechen de uno, vale la pena la apuesta, el reto de la comunión, pues también las tragedias de la vida nos refuerzan el entusiasmo por vivir y nos endurecen para soportar la carga. No es fácil esa afluencia de latidos en un ambiente que debilita todo lazo social, que abandona a los débiles, que aviva las desigualdades y el egocentrismo. Al mismo tiempo, es evidente que tampoco las corruptas situaciones actuales, donde la ética apenas cuenta en muchos labios de poder, son capaces de generar vínculos auténticos de hermanamiento. Pero aún así, no podemos perder la esperanza por muchas que sean las adversidades. En este sentido, nos ha dejado un buen sabor de boca saber que durante los últimos veinte años, más de cien mil  niños soldados han salido del control de las fuerzas de seguridad y grupos armados, gracias a la acción conjugada y conjunta de Naciones Unidas, los Gobiernos y la sociedad civil. ¡Bravo por ello!. Confluyamos con el corazón, es nuestro germen de coexistencia. Algo es todo.

Víctor Corcoba Herrero / Escritor
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