Donatella Fiorani, focolarina residente en Montreal, habla de la acogida de Francisco, de sus signos y de sus palabras: de esta visita del Papa un impulso decisivo para mirar la riqueza y la dignidad de los pueblos indígenas y para relanzar la presencia y la alegría cristianas que pueden devolver el calor de la proximidad en una sociedad rica, pero secularizada.

MONTREAL, CANADÁ. - "Emocionado" por la presencia de Francisco en Canadá y por sus gestos, que son casi más poderosos que las palabras. Esta fue la primera reacción de Donatella Fiorani, del Movimiento de los Focolares en Canadá. Desde Montreal, donde vive, ha seguido cada momento del "peregrinaje penitencial" del Papa, desde que, confiesa, los medios de comunicación en los prolegómenos mostraron cierta perplejidad, hasta su llegada, que con humildad y sencillez despejó todos los demás pensamientos. Luego, los discursos y gestos, los besamanos a los pueblos indígenas y el hacerse "cercano" a pesar de sus esfuerzos y dificultades físicas. Donatella nos ayuda a mirar la realidad social y eclesial de la que el Pontífice destaca varios aspectos. En particular, en los dos encuentros del jueves en el Santuario de Sante Anne de Beaupré y luego en la Catedral de Notre Dame, Francisco se refirió a la fuerza de la fe en medio de los fracasos y las esperanzas, y a la comunidad marcada por la secularización, pero también a lo que llamó "desafíos" para dar a conocer a Jesús, para dar testimonio y para construir una verdadera fraternidad.

¿Qué es lo que más le ha impresionado hasta ahora de este viaje papal, también en función de las expectativas que había?

Diría que estoy muy emocionado. Vimos llegar al Papa con su sencillez, en su silla de ruedas, vimos el saludo a los representantes de las Primeras Naciones y al Papa besando las manos de algunos de ellos. Y creo que estos primeros gestos, más que las palabras, condujeron inmediatamente a la realidad de este viaje tal como él lo entiende, una "peregrinación penitencial". Lo que me llamó la atención fue precisamente esa actitud de humildad, de pobreza, de sencillez, y creo que eso, más que muchas palabras, también puede abrir una brecha en el imaginario colectivo de este país.

¿Puede este viaje y el impacto que el Papa está teniendo con los pueblos indígenas con los que se ha encontrado, estimular una nueva reflexión sobre las relaciones también de las instituciones con ellos?

Eso espero y creo. Estos pueblos indígenas son realmente invisibles en la realidad. En cambio, ver a los pueblos indígenas con el Papa, en mi opinión, es realmente una oportunidad para destacar su riqueza y su diginidad. Tenemos mucho que aprender de ellos. El Papa habló de sus raíces, de la transmisión de las tradiciones, de la protección de la familia y de la Creación, y es una gran llamada no solo a la Iglesia, sino también a la sociedad civil para que se dé cuenta de la riqueza que tiene este país. Así que espero que la visita del Papa sea realmente un punto de partida para algo nuevo, para una comunión más verdadera, para conocerse, para abrir momentos de diálogo y, sobre todo, para enriquecerse mutuamente.

El Papa habló de la secularización actual, ¿cómo ve la sociedad canadiense desde este punto de vista, y qué respuestas debemos dar como cristianos?

Vivo en Quebec y esta provincia nació precisamente de la presencia y la contribución de los primeros misioneros y santos, que construyeron la sociedad. Impresiona porque, paseando por las calles, tanto aquí como en los pueblos y en las distintas ciudades, las calles llevan nombres de santos: es una sociedad fundada sobre los cimientos de la religión católica. Pero entonces, debido a la historia vivida por este país, ha habido exactamente un rechazo. No diría tanto de los valores que son muy profundos -aquí es impresionante el sentido de la solidaridad, la cantidad de gente que hace voluntariado, el sentido del respeto a la diversidad, y creo que todos estos son valores que tienen profundas raíces cristianas- pero al mismo tiempo estamos en una sociedad que no quiere oír hablar de religión, no quiere oír hablar de Dios, y que rechaza los signos religiosos como algo del pasado. Creo que el reto, precisamente para superar estos signos de secularización como dice el Papa, es redescubrir la Iglesia-comunión, la vida-comunión, para dar testimonio de la alegría. Porque en cambio, en esta sociedad tan rica, donde no falta nada, donde hay tantos servicios para todas las necesidades, lo que vemos en cambio es tanta soledad, tanta depresión. Y es aquí, creo, donde el testimonio cristiano puede impactar: con la alegría, la alegría incluso en el dolor, el testimonio de una verdadera comunión que no es sólo buenas maneras, apariencias, sino que es vivir verdaderamente la fraternidad de la que tanto ha hablado el Papa también en esta peregrinación a Canadá.

Cito las palabras de saludo del arzobispo de Quebec, el cardenal Lacroix, en la misa en el santuario de Sainte Anne Beaupré, quien recordó la "poderosa llamada a la curación y a la reconciliación que ha surgido de los corazones y de las vidas martirizadas" durante estos días que el Papa ha pasado en Canadá. ¿Crees que estas son las palabras clave? ¿Y cómo las vive usted personalmente?

Sí. Las heridas, las heridas creadas en el pasado por la experiencia de los internados en los que se intentó erradicar la cultura, las tradiciones y las lenguas de los pueblos indígenas, siguen abiertas en los supervivientes y sus descendientes. Pero creo sinceramente que la visita del Papa puede marcar un punto de inflexión. No nos detengamos a mirar el pasado, aunque es importante no olvidar, sino que intentemos realmente convertir este momento en un punto de partida hacia algo nuevo. Y creo que el punto de partida es precisamente la reconciliación, este acercamiento, el aprendizaje, la escucha mutua, el diálogo sincero, el dejar de lado los prejuicios que se han acumulado de un lado y del otro durante todos estos años, y redescubrirnos en la dimensión de ser hermanos, de estar todos en esta misma tierra, y poder finalmente hacer un camino juntos.

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Domingo, 24 Julio 2022 17:55

II Jornada Mundial de Ancianos

Las jurisdicciones eclesiásticas en América Latina y España se unen a la segunda edición de esta Jornada instituida por el Santo Padre con diversas propuestas y mensajes. Presentamos una síntesis (en actualización continua).

Edmonton, Canadá. -  “El Espíritu Santo suscita aún hoy en los ancianos pensamientos y palabras de sabiduría: su voz es preciosa porque canta las alabanzas de Dios y guarda las raíces de los pueblos. Nos recuerdan que la vejez es un regalo y que los abuelos son el eslabón entre las generaciones, para transmitir a los jóvenes experiencias de vida y de fe. A menudo se olvida a los abuelos y nosotros olvidamos esta riqueza de preservar las raíces y transmitir”.

Con estas palabras, después del Ángelus del 31 de enero de 2021, Francisco explicaba la motivación de instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebra, como él mismo dispuso, cada año el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. El Obispo de Roma consideraba que “es importante que los abuelos se encuentren con sus nietos y que los nietos se encuentren con sus abuelos, porque -como dice el profeta Joel- los abuelos soñarán frente a sus nietos, tendrán ilusiones (grandes deseos), y los jóvenes, tomando fuerzas de sus abuelos, irán adelante, profetizarán”.

Este año, desde el 23 de febrero hasta el 22 de junio, el Papa desarrolló un ciclo de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, y se ha inspirado en distintas figuras bíblicas para articular sus reflexiones. Una de las mayores riquezas de este recorrido fue la bendición de escuchar y ver el testimonio del Santo Padre en esta etapa de la vida, en primera persona, con su generosa entrega cotidiana a pesar de las limitaciones físicas.

Por todos estos elementos, la II Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos cobra una relevancia especial. En este contexto, Vatican News ofrece una recopilación de iniciativas, mensajes y propuestas para la celebración de esta fecha querida por el Sucesor de Pedro.
México: En Monterrey, oración y visitas a los mayores

La Comisión del Hermano Mayor de la Arquidiócesis de Monterrey invita a participar de esta Jornada orando por los abuelos y visitando a las personas mayores, especialmente quienes se encuentran solos, y conversar con ellos.

Por su parte la Comisión del Hermano Mayor de la Arquidiócesis de Monterrey invita a participar de esta Jornada convocada por el Papa Francisco orando por los abuelos, visitando a las personas mayores, especialmente quienes se encuentran solos y conversar con ellos.

Además, en la Arquidiócesis se realizará la celebración anual del Hermano Mayor el próximo 9 de agosto, a las 12:00 P.M., en el Gimnasio Nuevo León, de la Av. Manuel L. Barragán #1000.

Perú: En Piura y Tumbes, se invita a una "preparación adecuada"

El arzobispo de Piura y Tumbes, en el noroeste del país, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, animó a los sacerdotes, consagrados y consagradas, miembros de comunidades y asociaciones de fieles a "prepararse adecuadamente"para esta jornada. También consideró, según recoge el sitio web arquidiocesano, que la celebración de esta Jornada "debe convertirse en una ocasión para que todos nos planteemos cómo acompañamos a los mayores". "A través de nosotros deberían sentir la cercanía de Dios, que no los abandona nunca, más aún en los momentos de sufrimiento", afirmó el prelado.

Entretanto, en Arequipa, Monseñor Javier Del Río Alba, arzobispo de Arequipa, invita a la población a unirse en familia y participar de la celebración a las 11 en la Basílica Catedral, además de dedicar un tiempo adecuado para compartir en casa con los abuelos o visitar, física o virtualmente, a una o más personas mayores en dificultad: enfermos, abandonados, discapacitados y similar.

Además de participar de modo presencial, virtual o por radio o televisión, en la Misa de este domingo que será transmitida en vivo a través de la página de Facebook: Arzobispado de Arequipa o en cualquier otra celebración a llevarse a cabo en cualquier parte del mundo.

Costa Rica: Los abuelos, transmisores de la fe

La Comisión Nacional de Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Costarricense emitió un mensaje con motivo de la Jornada, en el que, entre otras consideraciones, plantea una invitación:

"Les animamos a seguir iluminando el camino de las futuras generaciones. E invitamos a todos los hijos de la Iglesia a vivir con lealtad y alegría el consejo del Sirácides: “Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados".

Brasil: Lives, videos, visitas a ancianos, orientaciones pastorales

La Conferencia de Obispos Católicos de Brasil (CNBB) comunica que los organismos vinculados con ella realizan acciones para motivar a la participación de las personas mayores con celebraciones e iniciativas. Transmisiones en directo donde se comparten experiencias, videos con testimonios, sugerencias de actividades con los ancianos son algunas de las acciones planificadas.

Algunas recomendaciones que la CNBB ofrece a los fieles son: visitar a los ancianos de la familia/comunidad y leerles el mensaje del Papa para la Jornada, incentivar a los adolescentes y jóvenes a visitar a los abuelos y llevarles el mensaje del Pontífice, coordinar una misa en la comunidad en homenaje a los abuelos y a los ancianos.

Paraguay: Misa central en Asunción

Las parroquias y diócesis del Paraguay celebrarán la Jornada, pero la eucaristía central se realiza el domingo 24 de julio a las 11:00 en la Catedral Metropolitana y estará presidida por Monseñor Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano y primer cardenal del país, que será creado en el consistorio de agosto por el Papa Francisco.

Además, la Arquidiócesis de Asunción elaboró orientaciones pastorales para la fecha. El documento, firmado por Monseñor Martínez Flores, invita a "unirnos a todos los abuelos y a los adultos mayores, en la oración, con gesto de cercanía, ternura y solidaridad".

Chile: Encuentro y liturgia

Las diócesis realizan sus actividades de forma independiente el domingo 24 de julio.

Cáritas Chile, la pastoral social de la Conferencia Episcopal, realizará un encuentro y liturgia, el martes 26, organizada por el Programa de Adultos  Mayores y la Comisión de Personas Mayores de Caritas.

Está actividad es de carácter nacional y se llevará a cabo por Zoom, asumirá el enfoque intergeneracional, invitando a personas mayores con sus hijos, nietos y sobrinos. Este tema es uno de los ejes permanentes del trabajo de Cáritas Chile. Estará a cargo de las responsables del programa de Caritas, Alejandra Acosta y Nury Callata.

La liturgia será presidida por el obispo de Melipilla, Cristián Contreras Villarroel, presidente de la Comisión.

Argentina: “Debemos revitalizar la alianza entre generaciones”

El Área Adultos Mayores de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difunde un mensaje en el que recuerda el lema de esta Jornada: “En la vejez, seguirán dando frutos”. El CEVILAF considera que “quiere el Papa resaltar el valor de la ancianidad que, al revés de lo que piensa el mundo, puede seguir dando frutos y constituye un valor y un don para las familias, las comunidades cristianas y la sociedad toda”. “Él mismo lo está testimoniando con su propia vida y entrega generosa”, subrayan.

Desean reconocer, valorar y agradecer, con amor y generosidad, “lo que todos los abuelos y mayores han hecho, hacen y harán, desde su rol insustituible de maestros de la vida, para acompañar, cuidar e integrar a las familias, asegurando la transmisión de los grandes valores humanos, así como comunicando, de generación en generación, su legado de carismas, gratitud, experiencia y sabiduría, mostrando la interdependencia de las generaciones en el Pueblo de Dios”.

Además, Monseñor Samuel Jofré, obispo de Villa María, Córdoba, y quien acompaña el Área de Adultos Mayores de la Comisión Episcopal para la Vida, Laicos y Familia, pronunció un videomensaje.

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Al comentar el Evangelio del día, el Papa Francisco dijo, antes de rezar el Ángelus dominical, que “la palabra de Jesús no es abstracta”, sino “una enseñanza que toca y plasma la vida, la cambia, la libera de las opacidades del mal”, porque es “la parte buena” que intuyó María, la hermana de Marta, dándole “el primer lugar”. También invitó a aprovechar el tiempo de las vacaciones desde el punto de vista espiritual

CIUDAD DEL VATICANO. - Antes de rezar el Ángelus dominical, el Santo Padre ofreció a los fieles y peregrinos – que se dieron cita a mediodía en la Plaza de San Pedro – su comentario al Evangelio según san Lucas propuesto por la liturgia del día, que presenta una escena doméstica con las hermanas Marta y María que ofrecen hospitalidad a Jesús en su casa.

En efecto, el evangelista relata que Marta se ocupa de la acogida de los huéspedes, mientras María se sienta a los pies de Jesús para escucharlo. Además, Marta le pide al Maestro que inste a María ayudarla con los quehaceres de la hospitalidad. Ar respecto el Obispo de Roma dijo: "La queja de Marta no parece fuera de lugar; por el contrario, sentimos que tenemos que darle la razón".

Jesús cambia nuestra forma de pensar

“Y, sin embargo – prosiguió el Santo Padre – Jesús le responde: ‘Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada’. Es una respuesta que sorprende – añadió Francisco – pero Jesús muchas veces vuelca nuestra forma de pensar”.

“Preguntémonos entonces por qué el Señor, incluso apreciando la generosa atención de Marta, afirma que la actitud de María es preferible”

Primero el deber, después el placer

“La ‘filosofía’ de Marta – explicó Francisco – parece esta: primero el deber, después el placer. La hospitalidad, de hecho, no está hecha de bonitas palabras, sino que exige poner la mano en los fogones, ocuparse de todo lo necesario para que el huésped se sienta bien acogido. Esto, Jesús lo sabe muy bien. Y de hecho reconoce el esfuerzo de Marta”.

La parte buena: escuchar las palabras de Jesús

El Santo Padre dijo al respecto que el Señor quiere hacerle entender a Marta que “hay un orden de prioridad nuevo, diferente al que hasta ahora había seguido. María ha intuido que hay una ‘parte buena’ a la que hay que dar el primer lugar. Todo lo demás viene después, como un arroyo de agua que brota de la fuente”.

“¿Y qué es esta ‘parte buena’?”

“Es la escucha de las palabras de Jesús”, respondió el Pontífice, tal como dice el Evangelio: “María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra”. Notamos entonces – prosiguió – que “ella no escuchaba de pie, haciendo otras cosas, sino que estaba sentada a los pies de Jesús”.

Jesús no es un huésped como los demás

Y así Marta comprendió que Jesús “no es un huésped como los demás”, aunque a primera vista parezca que ha venido a recibir, porque necesita comida y alojamiento. En realidad – dijo Francisco – el Maestro ha venido para donarse a sí mismo mediante su palabra”.

“La palabra de Jesús no es abstracta, es una enseñanza que toca y plasma la vida, la cambia, la libera de las opacidades del mal, satisface e infunde una alegría que no pasa: es la parte buena. Por eso María le da el primer lugar: se detiene y escucha. El resto vendrá después”

“Esto no quita nada al valor del empeño práctico – añadió Francisco – pero eso no debe preceder, sino brotar de la escucha de la palabra de Jesús, debe estar animado por su Espíritu. De lo contrario, se reduce a fatigarse y agitarse por muchas cosas, a un activismo estéril”.

Aprovechar el tiempo de las vacaciones

“Hermanos y hermanas, aprovechemos este tiempo de vacaciones, para detenernos y ponernos en escucha de Jesús. Hoy cuesta cada vez más encontrar momentos libres para meditar. Para muchas personas los ritmos de trabajo son frenéticos, extenuantes. El período de verano puede ser valioso también para abrir el Evangelio y leerlo lentamente, sin prisa”

“Dejémonos interpelar por esas páginas – sugirió el Papa –preguntándonos cómo está yendo nuestra vida, si está en línea con lo que dice Jesús. En particular, preguntémonos: cuando empiezo el día, ¿me lanzo de cabeza a las cosas que tengo que hacer o busco primero la inspiración en la Palabra de Dios?”.

    “Si salimos de casa por la mañana teniendo en mente una palabra de Jesús, el día adquirirá un tono marcado por esa palabra, que tiene el poder de orientar nuestras acciones según lo que el Señor quiere”

Y concluyó invocando a la Virgen María para que “nos enseñe a elegir la parte buena, que no nos quitarán nunca”.

Saludos del Papa

Tras el rezo de la antífona mariana del Ángelus, el Papa Francisco recordó la beatificación, que tuvo lugar ayer en Ellwangen, del jesuita Juan Felipe Jeningen, sacerdote de la Compañía de Jesús quien vivió en Alemania en la segunda mitad del siglo XVII.

A continuación, el Santo Padre hizo un llamamiento en favor de Sri Lanka, instando a que se encuentre “una solución pacífica a la crisis actual", y volvió a expresar su cercanía a la población mártir de Ucrania, "golpeada cada día por una lluvia de misiles". Y se refirió a su inminente viaje apostólico a Canadá.

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• En la reflexión del Ángelus de este domingo, Francisco invita a ser compasivos como el samaritano del Evangelio, compasión sin alejar la mirada de la realidad.

Ciudad del Vaticano. - El XV domingo del Tiempo Ordinario, 10 de julio, el Papa Francisco dirigió la oración mariana del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, reflexionando con el Evangelio del día exhortó a los fieles a ser “discípulos del camino”.   

“El Evangelio de la Liturgia de hoy narra la parábola del buen samaritano (cfr. Lc 10,25-37). Como telón de fondo, el camino que desciende desde Jerusalén a Jericó; a un lado, yace un hombre al que los ladrones han golpeado y robado”, recordó Francisco.

El Evangelio menciona que un sacerdote y luego un levita pasaron, y no se detuvieron. «En cambio -dice el Evangelio-, un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió» (v. 33).

El Samaritano ‘viajaba’

Afirma el Santo Padre, profundizando en la imagen del samaritano que “el evangelista desea precisar que ‘viajaba’. Por tanto, aquel samaritano, a pesar de tener sus propios planes y de dirigirse a una meta lejana, no busca excusas y se deja interpelar por lo que sucede a lo largo del camino”.

    “Pensémoslo: ¿El Señor no nos enseña a comportarnos precisamente así? A mirar a lo lejos, a la meta final, poniendo al mismo tiempo mucha atención a los pasos que hay que dar, aquí y ahora, para llegar a ella.”

“Discípulos del Camino”

De allí que, el Pontífice enfatizara en lo significativo del apelativo que daban a los primeros cristianos, llamados “discípulos del Camino” (cfr. At 9,2).

Manifiesta el Papa que “el creyente, en efecto, se parece mucho al samaritano: como él, está de viaje, es un viandante. Sabe que no es una persona ‘que ha llegado’, y desea aprender todos los días siguiendo al Señor Jesús, que dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6). El discípulo de Cristo camina siguiéndolo a Él, y así se hace discípulo del Camino”.

Ver y tener compasión

Y el “discípulo del camino”, explica el Papa, aprende a ver y ser compasivo. “Caminando sobre las huellas de Cristo, se convierte en viandante y aprende – como el samaritano – a ver y a tener compasión. Ante todo, ve: abre los ojos a la realidad, no está egoístamente encerrado en el círculo de sus propios pensamientos”.

“Y, además, seguir a Jesús -explica Francisco- nos enseña a tener compasión: a fijarnos en los demás, sobre todo en quien sufre, en el más necesitado, y a intervenir como el samaritano”.

Ante esta parábola del Evangelio, el Papa Francisco indica que podría suceder “culpabilicemos o nos culpabilicemos”, señalando al otro comparándolo con el sacerdote o levita. Por ello, mejor invita a pedir al Señor “que nos haga salir de nuestra indiferencia egoísta y que nos ponga en el Camino”.

    “Pidámosle que nos haga ver y tener compasión de quienes encontramos en nuestro recorrido, sobre todo de quien sufre y está necesitado, para acercarnos y hacer lo que podamos para echar una mano”.

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¿Cómo llevamos la Buena Noticia del Evangelio a los demás? ¿Con espíritu y estilo fraterno, o a la manera “del mundo”, es decir con protagonismo, competitividad y centralidad en la eficacia? Son preguntas que planteó el Papa este domingo a la hora del ángelus al reflexionar sobre el Evangelio del Día. “Se pueden hacer planes pastorales perfectos”, pero “si no hay disponibilidad para la fraternidad, la misión evangélica no avanza”.

CIUDAD DEL VATICANO. - La tarea de los discípulos es ir por delante a las aldeas y preparar a la gente para recibir a Jesús; y las instrucciones que Él les da no se refieren tanto a lo que deben decir, sino a cómo deben ser, es decir, no sobre “lo que tienen escrito en la libreta” que tienen que decir, no; sino sobre el testimonio que han de dar. Lo explicó el Papa Francisco al comentar el Evangelio de la Liturgia de este domingo, en el que leemos que “el Señor designó a otros setenta y dos [discípulos] y los envió de dos en dos delante de él a todas las ciudades y lugares a los que iba a ir” (Lc 10,1).

El Maestro envía a los discípulos de dos en dos, y los llama “obreros”, es decir, que están llamados a “trabajar”, a evangelizar “por medio de su comportamiento”, dijo el Santo Padre.

Los discípulos saben ceder la palabra a otro

Esto significa, explicó, que “no son ‘francotiradores’, es decir, "predicadores que no saben ceder la palabra a otro”, sino que es “la vida misma de los discípulos la que anuncia el Evangelio”:

“Su saber estar juntos, su respeto mutuo, su no querer demostrar que son más capaces que el otro, su referencia unánime al único Maestro.”

Por eso el Santo Padre advirtió que “se pueden hacer planes pastorales perfectos, poner en marcha proyectos bien elaborados, organizarse hasta el más mínimo detalle; se pueden convocar multitudes y disponer de muchos medios; pero si no hay disponibilidad para la fraternidad, la misión evangélica no avanza”.

La misión no se basa en el activismo personal

Como ejemplo, Francisco contó de un misionero que partió a África junto con un hermano de comunidad, pero que al cabo de un tiempo se separó de él, quedándose en una aldea donde llevó a cabo con éxito una serie de actividades de construcción para el bien de la comunidad.

Todo funcionaba bien. Pero un día tuvo un sobresalto: se dio cuenta de que su vida era la de un buen empresario, ¡siempre entre obras y papeleo! Entonces, dejó la gestión en manos de otros y volvió con su hermano. Así comprendió por qué el Señor había enviado a los discípulos "de dos en dos": la misión evangelizadora no se basa en el activismo personal, es decir, en el "hacer” ¡no!, sino en el testimonio, el testimonio de amor fraterno, incluso a través de las dificultades que conlleva convivir con otro.

¿A la manera de Jesús o a la manera del mundo?

Por eso este domingo el Papa llamó a preguntarnos en qué manera llevamos la Buena Noticia del Evangelio a los demás, si con espíritu y estilo fraterno, o “a la manera del mundo”, es decir, “con protagonismo, competitividad y centralidad en la eficacia”.  Preguntémonos – animó el Santo Padre - si tenemos la capacidad de colaborar, si sabemos tomar decisiones juntos, respetando sinceramente a los que nos rodean y teniendo en cuenta su punto de vista, si lo hacemos en comunidad y no solos. Porque, en efecto, dijo, es “sobre todo así, como la vida del discípulo deja traslucir la del Maestro, anunciándolo verdaderamente a los demás”.

"Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, nos enseñe a preparar el camino del Señor con el testimonio de la fraternidad", concluyó.

"El mundo necesita paz"

Tras la oración mariana el pensamiento del Papa en la guerra en Ucrania, con un nuevo llamamiento a los jefes de las naciones y de las organizaciones internacionales para que reacciones ante la tendencia a acentuar la conflictividad y la oposición. "El mundo necesita paz", reiteró.

También los mártires beatificados ayer en Argentina, Pedro Ortiz de Zárate y Juan Antonio Solinas, fueron recordados por el pontífice, que manifestó su esperanza de que su ejemplo nos ayude a dar testimonio de la Buena Noticia "sin compromisos, dedicándonos generosamente al servicio de los más débiles".

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• “Antes de dejarnos vencer por la ira, pidamos a Jesús la fuerza para ser como Él, para seguirle con firmeza. No ser vengativo e intolerante cuando surgen dificultades, cuando nos gastamos para bien y los demás no lo entienden”. Alocución del Papa Francisco previa al rezo mariano del Ángelus.

Ciudad del Vaticano. - En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco, hablando del Evangelio de hoy, dijo que "dejarse vencer por la ira en la adversidad es fácil, es instintivo". Lo difícil, en cambio, afirmó es dominarse a sí mismo, haciendo como Jesús, que -dice el Evangelio- se puso "en camino hacia otra aldea":

"Esto significa que cuando encontremos cierres, debemos recurrir a hacer el bien en otro lugar, sin recriminaciones. Así, Jesús nos ayuda a ser personas serenas, contentas con el bien que hemos hecho y sin buscar la aprobación humana".

Y nos cuestiona, cuál es nuestra posición ante los desacuerdos, los malentendidos, el Pontífice nos pregunta si nos dirigimos al Señor, le pedimos su constancia para hacer el bien, o por el contrario, pregunta el Papa, buscamos la confirmación en los aplausos y acabamos amargados y resentidos cuando no los escuchamos y recuerda:

"A veces creemos que nuestro fervor se debe a un sentimiento de rectitud por una buena causa, pero en realidad la mayoría de las veces no es más que orgullo, combinado con debilidad, susceptibilidad e impaciencia. Pidamos entonces a Jesús la fuerza para ser como Él, para seguirle con firmeza. No ser vengativo e intolerante cuando surgen dificultades, cuando nos gastamos para bien y los demás no lo entienden".

El gran viaje a la Ciudad Santa

Mencionando el Evangelio de la Liturgia de este domingo Francisco nos dijo que habla de un punto de inflexión: "Cuando se acercaban los días en que iba a ser elevado a lo alto, Jesús tomó la firme decisión de ponerse en camino hacia Jerusalén" (Lc 9,51). Comienza el "gran viaje" a la ciudad santa, que requiere una decisión especial por ser la última, señaló y los discípulos, "llenos de un entusiasmo todavía demasiado mundano, sueñan que el Maestro está en camino hacia el triunfo", Jesús, en cambio, recordó el Papa, sabe que en Jerusalén le esperan el rechazo y la muerte; "sabe que tendrá que sufrir mucho; y esto requiere una decisión firme", afirmó y añade:

"Es la misma decisión que debemos tomar nosotros si queremos ser discípulos de Jesús. ¿En qué consiste esta decisión? Porque debemos ser discípulos de Jesús en serio, con verdadera decisión, no como decía una anciana que conocí: "cristianos de agua de rosas". ¡No, no, no! Cristianos decididos. Y para entenderlo nos ayuda el episodio que el evangelista Lucas relata inmediatamente después.

Nos ayuda a entenderlo el episodio que el evangelista Lucas relata inmediatamente después. Una aldea de samaritanos, al enterarse de que Jesús se dirigía a Jerusalén -una ciudad contraria- no le da la bienvenida. Los apóstoles Santiago y Juan, indignados, sugieren a Jesús que castigue a esa gente haciendo bajar fuego del cielo. Jesús no sólo no acepta la propuesta, sino que reprende a los dos hermanos. Quieren involucrarlo en su deseo de venganza y Él no está de acuerdo. El "fuego" que vino a traer a la tierra es el Amor misericordioso del Padre". Y para hacer crecer este fuego, dijo el Papa, hace falta paciencia, hace falta constancia, hace falta espíritu penitencial.

La ira de Santiago y Juan

El Santo Padre, mencionando el Evangelio, dijo que Santiago y Juan, se dejaron vencer por la ira. Esto también nos sucede a nosotros, recordó, cuando, aunque hagamos el bien, quizás con sacrificio, en lugar de acogida encontramos una puerta cerrada:

"Entonces surge la ira: incluso intentamos involucrar a Dios mismo, amenazando con castigos celestiales. Jesús, en cambio, recorre otro camino, el de la firmeza, que, lejos de traducirse en dureza, implica calma, paciencia, longanimidad, sin por ello aflojar lo más mínimo en nuestro empeño por hacer el bien. Esta forma de ser no denota debilidad, sino, por el contrario, una gran fuerza interior".

En este Evangelio, Jesús nos enseña a dominar la ira, siguiendo su ejemplo, dominarnos a nosotros mismos como hizo Él, sino nos aceptan, si encontramos cierres, no importa, ir a hacer el bien a otra parte con serenidad, contentos, dijo el Papa con el bien que hemos hecho, sin buscar la aprobación humana. No confundirnos con ese "fervor" que creemos sea un "sentimiento de rectitud por una buena causa", añadió Francisco, es un orgullo, una debilidad, una susceptibilidad e impaciencia nuestra.

El Papa concluyó su alocución con el deseo que cada uno de nosotros pida a "Jesús la fuerza para ser como Él, para seguirle con firmeza. No ser vengativo e intolerante cuando surgen dificultades, cuando nos gastamos para bien y los demás no lo entienden". y a la Virgen María que nos ayude a hacer nuestra la firme decisión de Jesús de permanecer en el amor hasta el final.

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Ciudad del Vaticano. - Este miércoles, 22 de junio, al final de la Audiencia General, en sus saludos a los peregrinos de lengua italiana el Santo Padre manifestó su cercanía y oración a la comunidad católica afectada por el asesinato de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, ocurrido este 20 de junio en Cerocahui, Tarahumara, México.

“¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cerca con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”, lo dijo el Papa Francisco al final de la Audiencia General de este miércoles, 22 de junio, al saludar a los peregrinos de lengua italiana, y expresar su “dolor y consternación” por el asesinato de dos religiosos jesuitas y un laico, ocurrido el pasado 20 de junio, en Cerocahui, Tarahumara, en el estado de Chihuahua, México.  

Jesuitas de México: no callaremos ante la realidad que lacera la sociedad

“Condenamos estos hechos violentos, exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sustraídos por personas armadas”, es la petición de los miembros de la Compañía de Jesús de la Provincia Mexicana que han emitido un comunicado en la que, manifiestan su dolor y denuncian el homicidio de los padres Javier Campos, SJ, y Joaquín Mora, SJ, ocurrido este 20 de junio dentro del templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua. Asimismo, los jesuitas mexicanos piden que, “se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida” de todos los miembros de la comunidad de Cerocahui.

Además, en el comunicado de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, se lee que ante la ola de violencia que afecta al país, “los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”. Finalmente, los jesuitas manifiestan que, “al denunciar lo ocurrido hacemos notar también el dolor que vive nuestro pueblo por la violencia imperante y nos solidarizamos con tantas personas que padecen esta misma situación”.

Obispos mexicanos: exigimos una pronta investigación y seguridad

Por su parte, los Obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) han emitido un comunicado en el cual manifiestan su “profundo dolor e indignación” por el lamentable homicidio de los dos sacerdotes jesuitas y señalan que, “en medio de tanta muerte y crimen que se vive en el país, condenamos públicamente esta tragedia y exigimos una pronta investigación y seguridad para la comunidad y todos los sacerdotes del país”. Por ello, los Obispos mexicanos elevan sus oraciones al Señor Jesucristo, por los jesuitas asesinados, para que el Señor “reciba y premie con su Reino, por su generoso servicio y entrega pastoral en bien del pueblo encomendado, y a todos nosotros los que peregrinamos por el tiempo, imploramos que nos conforte en esta tribulación con la esperanza de la vida eterna”.

Padre Sosa: Tenemos que poner fin a la violencia

El Prepósito General de la Compañía de Jesús, Padre Arturo Sosa, también expresó su dolor al enterarse del asesinato de los jesuitas en México: "Estoy conmocionado y triste por esta noticia. Mis pensamientos y oraciones están con los jesuitas en México y con las familias de los hombres. Tenemos que poner fin a la violencia en nuestro mundo y a tanto sufrimiento innecesario".

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Miércoles, 08 Junio 2022 08:38

Se desprecia la vejez: Papa Francisco

CIUDAD DEL VATICANO. - Inspirándose en la figura de Nicodemo, el Papa ofreció su 13ª catequesis sobre la vejez ante varios miles de fieles y peregrinos que se dieron cita esta mañana en la Plaza de San Pedro. Francisco destacó que vivimos en una época en la que “el mito de la eterna juventud es una obsesión”, puesto que suele despreciarse la vejez. Sin embargo, prosiguió, la vida terrenal es un “inicio” y no una “conclusión”, por lo que “caminamos hacia la eternidad”

También este segundo miércoles de junio la Plaza de San Pedro fue el escenario de la Audiencia General del Santo Padre a la que asistieron varios miles de fieles y peregrinos de los cinco continentes. En su 13ª catequesis sobre la vejez el Papa Francisco centró su reflexión en el episodio que relata el evangelista San Juan que refiere la pregunta de Nicodemo al Señor acerca de la imposibilidad de mayores de regresar al seno materno: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?".

En efecto, a modo de introducción se leyó en ocho idiomas este pasaje del Evangelio, en el que Jesús responde “que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Porque lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es Espíritu".

“Para ver el Reino de Dios hay que renacer de lo alto”

El Obispo de Roma explicó el valor de la importante figura de este anciano del Nuevo Testamento, Nicodemo, a quien Jesús le dice que para “ver el Reino de Dios” hay que “renacer de lo alto”. “Nicodemo – dijo el Papa – no entiende sus palabras, y le plantea la imposibilidad de volver a nacer cuando uno ya es viejo”, sin embargo:

    “Jesús se refiere a un nuevo nacimiento en el Espíritu, para el cual la ancianidad no es obstáculo, y a que nos dejemos abrazar por la ternura del amor creador de Dios”

El mito de la eterna juventud

Además, Francisco destacó que vivimos en una época en la que “el mito de la eterna juventud es una obsesión”. En efecto, se desprecia la vejez, olvidando que la vida terrenal es un “inicio” y no una “conclusión” y que caminamos hacia la eternidad. En este camino, la fe nos permite “ver” el Reino de Dios.

“Caminamos hacia la eternidad”

    “En este sentido, quienes atraviesan la etapa de la ancianidad pueden descubrir, a la luz del Evangelio, una nueva misión: ser signos e instrumentos del amor de Dios que señalan cuál es la meta definitiva a la que estamos llamados”

La vejez tiene una belleza única

El Pontífice dijo asimismo que, en la perspectiva de caminar hacia el Eterno, “la vejez tiene una belleza única”. “Nadie puede volver a entrar en el vientre de la madre, ni siquiera en su sustituto tecnológico y consumista. Sería triste, incluso si fuera posible”.

    “El viejo camina hacia adelante, hacia el destino, hacia el cielo de Dios. La vejez por eso es un tiempo especial para disolver el futuro de la ilusión tecnocrática de una supervivencia biológica y robótica, pero sobre todo porque abre a la ternura del vientre creador y generador de Dios”

“Que el Espíritu – concluyó el Papa – nos conceda la reapertura de esta misión espiritual y cultural de la vejez, que nos reconcilia con el nacimiento de lo alto”.

Saludos del Papa

Al saludar a los peregrinos de lengua española Francisco los invitó a “releer el diálogo de Jesús con Nicodemo y a preguntarnos cómo estamos viviendo la llamada a nacer de nuevo”. Y se despidió con una invitación:

    “Pidamos al Señor que el Espíritu Santo nos haga transmisores de amor y esperanza para quienes nos rodean”

A los peregrinos de lengua portuguesa, entre los cuales se encontraban los miembros del Centro Nacional de Cultura de Portugal y de la Asociación Evangelizar es necesario de Curitiba, Brasil, el Papa les dijo:

    “Hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos ayude a entender la vejez como un tiempo en el que – habiendo abandonado el mito de la eterna juventud – aprendemos lo que significa nacer de lo alto y nos reconciliamos con nuestro destino eterno”

A los fieles de lengua inglesa presentes en la audiencia de esta mañana, especialmente a los de Inglaterra, Filipinas y Estados Unidos de América, entre los cuales había diversos grupos de jóvenes estudiantes, el Obispo de Roma invocó sobre todos ellos y sus familias “la alegría y la paz de nuestro Señor Jesucristo”.

De entre los fieles de lengua francesa, el Papa saludó de modo especial a los peregrinos procedentes de Francia y de La Reunión, de Costa de Marfil y de Gabón, a quienes les recordó:

    “A ejemplo de Nicodemo, que el Espíritu Santo nos haga redescubrir esta misión espiritual de la vejez que nos reconcilia con el nacimiento de lo alto”

De igual modo al saludar cordialmente a los peregrinos de lengua alemana, el Pontífice se dirigió en particular a los estudiantes del Wilhelmsstift de Tubinga y del Felixianum de Tréveris, así como a los ministros de la diócesis de Eichstätt, para decirles:

    “En el Señor Jesús somos hijos amados de Dios. Que el Espíritu Santo nos ayude a ser mensajeros de la alegría y testigos de su caridad”

Al dirigirse cordialmente a los polacos, el Santo Padre destacó la presencia de los sacerdotes de la diócesis de Włocławek que han venido a Roma en el 25º aniversario de su ordenación.

    “Hoy se recuerda a la reina Santa Eduviges, apóstol de Lituania y fundadora de la Universidad Jagellónica. Durante su canonización, San Juan Pablo II recordó que, gracias a su labor, Polonia se unió a Lituania y a Rusia. Confíen en su intercesión, rezando como ella al pie de la Cruz por la paz en Europa”

Como es costumbre, Francisco también saludó a los fieles de lengua árabe: "La vejez, de manera especial, es un tiempo de gracia, en el que el Señor renueva su llamada a los ancianos para que custodien y transmitan su fe y guíen con su sabiduría el mundo de hoy, que se enfrenta a muchas dificultades, convirtiéndose así en un faro para las nuevas generaciones".

Por último, en su bienvenida a los peregrinos procedentes de Italia, el Santo Padre saludó de en particular a las Hermanas Capitulares de la Congregación de Nuestra Señora del Monte Carmelo, animándolas a caminar con alegría por los caminos del Señor. Asimismo, el Papa saludó a los fieles de la parroquia de Jesucristo Salvador, en Praia a Mare, ya quienes manifestó su esperanza de que el 25º aniversario de la fundación de la parroquia sea un estímulo para ser testigos creíbles del Evangelio.

En esta ocasión los saludos de Francisco también fueron para los miembros de la Federación de la Orden de las Profesiones de Enfermería y a la Asociación de Voluntarios de Sangre de Acireale, a quienes expresó su agradecimiento por su labor solidaria. Y se dirigió también a los atletas de la peregrinación a pie de Macerata a Loreto, con la antorcha de la paz “que quiere ser un signo y al mismo tiempo una invitación a la fraternidad entre las personas y entre los pueblos”.

Por último, dirigió su pensamiento a los ancianos, enfermos, jóvenes y recién casados, a quienes recordó que “el próximo domingo celebraremos la solemnidad de la Santísima Trinidad”. Por esta razón exhortó a todos a encontrar la presencia de la Trinidad en sus vidas. Y “gracias al Bautismo, el apoyo para cumplir la voluntad del Señor en todas las circunstancias”.

Tras el rezo del Padrenuestro en latín la audiencia concluyó con la bendición del Santo Padre.

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A la hora del Regina Coeli en la Solemnidad de Pentecostés, Francisco instó a invocar al Espíritu Santo en los momentos difíciles, leyendo los pasajes del Evangelio, para recordar el amor de Jesús y no volvernos “cristianos olvidadizos”. “¡Con Él, las palabras de Cristo cobran vida, hoy!”

CIUDAD DEL VATICANO. - “El Espíritu enseña y recuerda lo que Cristo dijo”. Lo afirmó el Papa Francisco este mediodía antes de rezar la oración del Regina Coeli con los fieles romanos y peregrinos en la Plaza de San Pedro, en la solemnidad de Pentecostés.

Tras la celebración de la Santa Misa en la Basílica Vaticana, el Pontífice, reflexionando sobre el Evangelio de la liturgia del día, explicó el significado de esta solemnidad que recuerda “la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que tuvo lugar cincuenta días después de la Pascua”.

“Jesús lo había prometido varias veces” afirma Francisco y el Evangelio de este domingo recoge una de estas promesas, cuando Jesús dijo a los discípulos: “El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Jn 14,26).

El Papa centra su reflexión en estas dos acciones “enseñar” y “recordar”, porque así es como Él penetra nuestros corazones con el Evangelio de Jesús.

El Espíritu Santo nos ayuda a acortar distancias

“En primer lugar, el Espíritu Santo enseña”, ayudándonos a superar el obstáculo de la distancia, explica el Papa. Y señala que “puede surgir la inquietud de que hay mucha distancia entre el Evangelio y la vida cotidiana” porque "Jesús vivió hace dos mil años, eran otros tiempos, otras situaciones”. “¿Qué puede decir el Evangelio en la era de Internet y de la globalización? ¿Cómo puede impactar su palabra?” Pregunta el Papa y añade:

    “El Espíritu Santo es especialista en acortar las distancias; nos enseña a superarlas. Es Él quien conecta la enseñanza de Jesús con cada tiempo y cada persona. ¡Con Él, las palabras de Cristo cobran vida, hoy! Sí, el Espíritu las hace vivas para nosotros. A través de la Sagrada Escritura nos habla y nos orienta en el presente. Él no teme el paso de los siglos, sino que hace que los creyentes estén atentos a los problemas y acontecimientos de su tiempo. De hecho, cuando el Espíritu enseña, actualiza, mantiene la fe siempre joven”

El Espíritu trae el Evangelio de vuelta a nuestro corazón

“Nosotros corremos el riesgo de hacer de la fe una cosa de museo, Él en cambio la pone en sintonía con los tiempos” advierte Francisco, y explica cómo actúa el Espíritu, a través de la memoria, haciendo que recordemos, “re-cordar, es decir, traer de vuelta al corazón”.

    “El Espíritu trae el Evangelio de vuelta a nuestro corazón. Ocurre como con los Apóstoles: habían escuchado a Jesús muchas veces, pero lo habían comprendido poco. Pero a partir de Pentecostés, con el Espíritu Santo, recuerdan y comprenden, pasan de un conocimiento externo a una relación viva, convencida y alegre con el Señor. Es el Espíritu el que hace esto, el que pasa del hecho de “haber escuchado acerca de él” al conocimiento personal de Jesús, el que entra en el corazón”

Sin el Espíritu que nos recuerda a Jesús, la fe se vuelve olvidadiza

El Pontífice evidencia cómo tantas veces la fe se vuelve un recuerdo sin memoria. En cambio - asegura -  la memoria está viva y la memora viva lleva al Espíritu Santo. Entonces cuestiona: ¿somos cristianos olvidadizos? ¿Quizás basta una adversidad, un cansancio, una crisis para olvidar el amor de Jesús y caer en la duda y el miedo? El remedio - dice - es invocar al Espíritu Santo:

    “Hagámoslo a menudo, especialmente en los momentos importantes, antes de las decisiones difíciles. Tomemos el Evangelio en la mano e invoquemos al Espíritu. Podemos decir: “Ven, Espíritu Santo, recuérdame a Jesús, ilumina mi corazón”. Luego, abrimos el Evangelio y leemos un pequeño pasaje, lentamente. Y el Espíritu lo hará hablar a nuestras vidas”

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CIUDAD DEL VATICANO. - En su diálogo ideal con los fieles reunidos este mediodía en la Plaza de San Pedro, para rezar el Regina Coeli, el Papa invitó a reflexionar sobre el don del Espíritu recibido de Jesús para ser testigos del Evangelio. Con nuestra oración podemos interceder por “las esperanzas y los sufrimientos” del mundo y “por la paz”. “Bendigamos con la mirada y palabras a quienes encontramos cada día”, dijo, y oremos a la Virgen que siempre intercede por nosotros

Antes de rezar la oración mariana del Regina Coeli este mediodía, con los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comenzó recordando que hoy en Italia y en muchos países se celebra la Ascensión del Señor, es decir, su regreso al Padre. Y al comentar el Evangelios propuesto por la liturgia del día, que corresponde a San Lucas, se refirió a la última aparición del Resucitado a los discípulos.

    “La vida terrenal de Jesús culmina precisamente con la Ascensión, que también profesamos en el Credo”

Como suele hacer, el Obispo de Roma, se preguntó “¿qué significa este acontecimiento? ¿Cómo debemos entenderlo?”. Y para responder a esta pregunta, invitó a detenerse en dos acciones que Jesús realizó “antes de subir al cielo: primero anuncia el don del Espíritu y luego bendice a los discípulos”.

El Señor no nos deja solos

Francisco afirmó que el Señor “sube al cielo, pero no nos deja solos”. Al   contrario, dijo, “precisamente al ascender al Padre asegura la efusión de su Espíritu”. Y recordó que en otra ocasión Jesús había hablado de la conveniencia de irse, “porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes". De ahí la afirmación del Papa:

    “El amor de Jesús por nosotros también se puede ver en esto: la suya es una presencia que no quiere restringir nuestra libertad. Al contrario, nos hace un espacio, porque el verdadero amor siempre genera una cercanía que no aplasta, sino que nos hace protagonistas”

Por eta razón, prosiguió diciendo el Santo Padre, “al subir al cielo, Jesús, en lugar de permanecer cerca de unos pocos con su cuerpo, se hace cercano a todos con su Espíritu”. Y el Espíritu Santo “hace presente a Jesús en nosotros, más allá de las barreras del tiempo y del espacio, para que seamos sus testigos en el mundo”.

Un gesto sacerdotal

De la segunda acción del Señor, el Papa dijo que levantó las manos para bendecir a los apóstoles, con “un gesto sacerdotal”, puesto que “Dios, desde los tiempos de Aarón, había confiado a los sacerdotes la tarea de bendecir al pueblo”. De manera que, explicó Francisco, “el Evangelio quiere decirnos que Jesús es el gran sacerdote de nuestra vida”, que “sube al Padre para interceder por nosotros, para presentarle nuestra humanidad”.

    “Así, ante los ojos del Padre, están y estarán siempre, con la humanidad de Jesús, nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestras heridas. Así, al hacer su ‘éxodo’ al cielo, Cristo ’nos abre camino’, va a preparar un lugar para nosotros y, desde ahora, intercede por nosotros, para que siempre estemos acompañados y bendecidos por el Padre”

Antes de rezar a la Madre de Dios el Obispo de Roma invitó a todos los hermanos y hermanas a pensar hoy en “el don del Espíritu que hemos recibido de Jesús para ser testigos del Evangelio”. Y preguntémonos, dijo, “si realmente lo somos; y también si somos capaces de amar a los demás, dejándolos libres y dejándoles espacio”. Y luego, prosiguió, preguntémonos:

    “¿Sabemos hacernos intercesores por los demás, es decir, sabemos rezar por ellos y bendecir sus vidas? ¿O servimos a los demás por nuestros propios intereses?”

La oración de intercesión

Aprendamos esto, concluyó el Papa: “La oración de intercesión, intercediendo por las esperanzas y los sufrimientos del mundo, por la paz. Y bendigamos con la mirada y palabras a quienes encontramos cada día”. E invitó a rezar “a la Virgen, la bendita entre las mujeres, que, llena del Espíritu Santo, siempre reza e intercede por nosotros”.

Saludos del Papa

Además de recordar el Rosario por la paz, previsto para el próximo 31 de mayo en la Basílica de Santa María la Mayor, y de comunicar el octavo consistorio de su pontificado para la creación de veintiún nuevos cardenales, de finales de agosto, tras rezar la oración mariana el Papa destacó que ayer, en Módena fue beatificado el padre Luigi Lenzini:

Nuevo beato en Italia

    “Mártir de la fe, asesinado en 1945 por señalar los valores cristianos como el camino más alto de la vida, en un clima de odio y conflicto en aquella época. Que este sacerdote, pastor según el corazón de Cristo y mensajero de la verdad y la justicia, nos ayude desde el cielo a dar testimonio del Evangelio con caridad y franqueza”

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