Por un supuesto intento de clonación de tarjetas y fraude que se iba a cometer para sustraer el dinero de los cuentahabientes, situación del todo absurda y que sólo un retrasado mental, podría creerles, sabiendo cómo se las gastan los bancos, cuando de jinetear el dinero se trata.

El pasado quince de septiembre, un importante número de ciudadanos poblanos que reciben su salario por medio del sistema de nómina bancaria de HSBC, en lugar de dar el grito de independencia tradicional para festejar las fiestas patrias, se encontraron con la desagradable sorpresa, que sus tarjetas en forma inexplicable fueron bloqueadas por el Banco, impidiéndoles disponer de su dinero, en algunos casos reteniendo las tarjetas en los cajeros automáticos y en otras fueron rechazadas por los comercios, cuando pretendieron pagar algún bien o servicio con el plástico.
 
Situación que no hubo forma de resolver, ya que aún y cuando algunos clientes recibieron un aviso vía mensaje de texto, de que su tarjeta había sido bloqueada, el mismo lo recibieron la tarde del 15 de septiembre después de las seis de la tarde, es decir, cuando todas las sucursales del banco habían cerrado sus puertas, que permanecieron así, hasta el lunes 19 de septiembre por el puente de las fiestas patrias, es decir, les dieron el clásico sabadazo, como se conoce en el argot de los abogados, cuando una persona es detenida en fin de semana y debe permanecer en dicha situación hasta que los tribunales vuelvan a abrir sus puertas, y que ahora padecieron cientos de miles de poblanos que reclamaron a sus patrones para que dieran solución al problema, sin que los mismos pudieran hacer algo ya que en las sucursales de HSBC no había nadie con quien tratar el asunto y por la vía telefónica la respuesta que le dieron a los clientes es que había que esperar al lunes para acudir a su sucursal a solicitar la reposición del plástico.
 
Por un supuesto intento de clonación de tarjetas y fraude que se iba a cometer para sustraer el dinero de los cuentahabientes, situación del todo absurda y que sólo un retrasado mental, podría creerles, sabiendo cómo se las gastan los bancos, cuando de jinetear el dinero se trata. Las reacciones de muchos de los clientes fueron de ira, indignación, impotencia y en otros casos de aguantarse las ganas de ir a recordar a su progenitora a un gerente del Banco, pero nada se pudo hacer, ya que todos estaban en la conmemoración del grito. Una conocida del que escribe me relató su triste odisea de haber invitado a cenar a sus familiares a un céntrico restaurant de la ciudad y al pretender pagar la cuenta su tarjeta estaba bloqueada, lo que motivó que en ese momento tuviera que pedir prestado a un amigo para salir del problema, no sin antes pasar por la pena de haber quedado mal con sus familiares, que obviamente nunca le creyeron la historia de que era culpa del Banco, sino más bien, que trató de sorprenderlos para que ellos absorbieran el gasto y ahí quedo el asunto.
 
Pero esta arbitrariedad cometida por el banco, no terminó el lunes 19 con la reposición de los plásticos de los cuentahabientes, ya que ahora lo que se les informó en las sucursales es que había sobredemanda de los mismos y que deberían esperar dos días más para que se les entregara un plástico nuevo y así disponer de su dinero. Vaya con estos amigos. Todo lo anterior seguramente ya ha sido denunciado ante la delegación de la Condusef en Puebla, esperemos ahora, si se aplica una sanción a HSBC, lo que se ve difícil, ya que este tipo de arbitrariedades se cometen en la mayoría de los casos con la complicidad de las autoridades. Por todo ello amable lector, le sugiero pida a su patrón cambie su sistema de pago de nómina a otra institución que realmente cumpla con la ley y no cometa estos abusos, ya que no sería nada extraño que para un próximo puente hagan lo mismo y lo dejen sin dinero varios días, con alguna historia inverosímil. Y si decide continuar como cliente de HSBC aténgase a las consecuencias y a pasar penas ajenas y problemas financieros, como los que sufrieron los poblanos el 15 de septiembre en que en lugar de dar el grito de independencia, dieron el grito de la indignación por estas prácticas y abusos que atentan contra lo más sagrado de los trabajadores, el derecho a recibir su salario.