Responde a estímulos que la personalidad individual encuentra como divertido

El valor del conocido axioma “La risa, remedio infalible” se enriquece cada día, ya que además de estar vinculado a la sensación de felicidad, están comprobados sus incontables beneficios para la salud, desde físicos hasta psicológicos, emocionales y sociales.

Expertos del grupo “MIsRemedios” exponen que la risa en una respuesta natural a los estímulos que nuestras personalidades individuales encuentran como divertido, ya sea una imagen o un recuerdo.

Describen que al reírse se cambia fisiológicamente, ya que se estiran los músculos a lo largo de la cara y el cuerpo, la presión arterial sube, se respira más rápido y se envía más oxígeno a los tejidos.

Concretizan en diez los principales beneficios de la risa para la salud: Trabaja los abdominales, “porque al reírnos ejercemos tanto el diafragma, como el abdomen, el sistema respiratorio y hasta los hombros. Tras una carcajada nos encontramos más relajados y tranquilos. Esto, sumado al ejercicio físico, convierte a la risa en completo entrenamiento interno”.

.Reduce el estrés.-Al reir se reduce el nivel de las hormonas del estrés, como el cortisol y la epinefria, y se alimenta el nivel de hormonas que mejoran la salud. Además proporciona cierto entrenamiento de músculos y estimula la circulación sanguínea.

Aumenta la energía: También puede dar la risa  un punto de energía al cuerpo y a la mente, porque se realizan respiraciones más profundas y esto aumenta al flujo de oxígeno por los músculos y los órganos. Se mejoran el estado de alerta, la creatividad y la memoria.

Mejora las relaciones. La risa es algo social, ya que en parte se produce por la conexión y proximidad con amigos y familia, pues “somos mucho más propensos a reírnos cuando estamos en compañía que cuando estamos solos”. Al mostrarse más alegre la gente pensará que uno es más accesible  y se hallan nuevos amigos.

Mejora la respiración.-A quienes padecen asma, la respiración profunda que se necesita para reírse, puede ayudarles a reducir los síntomas. Al reir, se exhala y se vacían los pulmones por completo y se inhala luego mucho aire.

Fortalece el corazón.-El corazón es como músculo que necesita ejercitarse para hacerse fuerte. Al reir, el tejido que compone el revestimiento de los vasos sanguíneos se expande y aumenta el flujo sanguíneo, lo que ayuda a reducir riesgos de ataques y a luchar contra problemas cardíacos.

Mejora el Sistema Inmune.- Reir frecuentemente es buen remedio para estimular el sistema inmunológico, ya que se aumenta el número de anticuerpos que luchan contra las infecciones, y también se aumentan los niveles de células inmunes. Lo importante es que con un sistema inmunológico fuerte, se resiste más a caer enfermo y se es menos propenso a padecer dolencias como tos, resfriados u otras infecciones.

Actitud más positiva.- Con sólo sonreir o reir se mejoran el nivel de humor y el estado de ánimo, pues la risa actúa como analgésico reduciendo el dolor y el inconsciente y hace sentirse más feliz. Además, con sentido de humor y la capacidad de reírse incluso de uno mismo y de los problemas que se tengan, es buena habilidad para afrontar la vida  con positivismo y superar los malos tiempos.

Aumenta el umbral del dolor.-Un estudio de la Universidad de Oxford concluye que las personas que se ríen mucho pueden soportar hasta casi un 10% más de dolor, que aquellas que no suelen reir. Y al reir, la atención se distrae del dolor.

Ayuda a dormir mejor.- El insomnio es un problema que sufre mucha gente, pero la risa puede ayudar a combatirlo. Al reír el cuerpo está produciendo más melatonina, que es la hormona que libera el cerebro para poder dormir mejor. También la risa puede ayudar a  mejorar los patrones de sueño, que es algo muy necesario para tratar el insomnio.

Así que: antes de ir a dormir hay que reir con amigos y familia para ahuyentar el  estrés y la ansiedad, y promover un sueño reparador.

Publicado en SALUD
Domingo, 12 Febrero 2017 15:56

Hay que poner límites sobre todo al poder

Artículo | Algo Más Que Palabras

    Nuestro mundo se ha convertido en un mar de olas, donde todas están interconectadas, cada una de ellas con su propia identidad, compartiendo marea con las otras, haciendo familia en definitiva. Al mismo tiempo, por desdicha, este cúmulo de ondas en ocasiones germinan violentamente, otras sin latido, desbordadas por la suciedad de una sociedad achaparrada, que no piensa nada más que en el consumo material. Para todo hay que poner límites, si en verdad queremos crecer como especie pensante. La prosperidad no puede ser privilegio de unos pocos. Tampoco podemos seguir desvirtuando lo innato, lo natural, a nuestro antojo. Necesitamos que los vínculos no queden en el vacío, que la economía respete los términos de la sensatez, y que no desfallezca la dependencia del bienestar humano con las relaciones sociales y la justicia.

    El efecto contagio, para bien o para mal, y mayormente con el vehículo de propaganda que son las redes sociales, viene generando una inseguridad sin precedentes, con el consabido sentimiento de desazón, que nos deja sin nervio y, lo que es peor, sin brújula de orientación. Los ataques ya no vienen solo por tierra, mar o aire, también están en la nube, en los ciberataques, que como ha dicho un dirigente de Naciones Unidas, "deberían estar recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, en su capítulo VII, que define las amenazas y quebrantamientos de la paz y los actos de agresión". Sin duda, sería un buen avance para la humanidad, al menos yo así lo pienso. Pongamos voluntad y paciencia que lo conseguiremos, máxime sabiendo que el sosiego llega después de amasar mucho amor. Como tantas veces he escrito: Uno tiene que verse en el prójimo para que el mundo cambie.

    Los aires no son muy placenteros que digamos. Todo hay que decirlo. La incertidumbre nos saca de quicio, nos desorienta, de ahí la importancia de frenar aquellos agentes que generan inseguridad. En efecto hay que poner barreras, ya no digo militares, sino también políticas, de cooperación y colaboración, de diplomacia y diálogo en suma. Operaciones que han de ser llevadas a buen término con transparencia, para que el que cometa alguna irregularidad, por leve que nos parezca, se le detenga o cuando menos se le paralice la labor contaminante o corrupta. No podemos continuar en ese afán de derroche, sin pensar en los demás, deshumanizándonos, pues todo está integrado hacia lo armónico.

    La familia, fuente primordial de vida, está constituida en una sociedad y en una cultura que, a su vez, está compuesta por individuos diversos, moradores de un planeta, que nos exige un sistema ecológico vital, respetuoso con aquello que nos rodea. Precisamente, durante el mes de febrero, concretamente el día veinte, celebramos el Día Mundial de la Justicia Social; una onomástica que hoy más que nunca debe hacernos reflexionar a todo el mundo, pues si trascendental es erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, no menos primordial es achicar las desigualdades, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social que todos nos merecemos, por el hecho mismo de ser ciudadanos del planeta.

    Indudablemente, la justicia social es un principio que armoniza, fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. Por eso, es sustancial poner demarcaciones en todo, también al dominio. Para el escritor y teólogo francés, Fénelon (1651-1715), " el poder sin límites es un frenesí que arruina su propia autoridad". Ciertamente, cuando se pierde el ascendente influjo de la valía, es muy difícil dirigir nada, incluso hasta nuestra privativa existencia. Está visto que en todos nuestros proyectos es esencial el trabajo en comunidad, pero los poderosos que suelen ser una minoría privilegiada, tienen que concienciarse de que el poderío también es servicio, entrega y generosidad. No es tiempo de que unos opriman a los otros, sino de la mano tendida para reforzar los niveles mínimos de protección social e incluir a quienes viven excluidos socialmente. Al fin y al cabo, todos somos hijos de la vida, y como tales, hemos de forjar uniones encaminadas a un futuro mejor para todos. No es posible lograr equidad alguna si dejamos en el camino a quienes son explotados social y económicamente. Como tampoco es viable templar superioridad en el pedestal, cuando por ambición se simula ser honrados. Sea como fuere, todos nos merecemos un mínimo de dignidad que nos permita ser algo para poder cuando menos hacer algo, ser dueño de sí mismo, ¿qué menos?. Desde luego, el lenguaje del entusiasmo nos lo valemos porque sí.

    Hay, por otra parte, en algunas cuestiones que no cabe poner límites, por ejemplo a la hora de considerar a todo ser humano más allá de las fronteras ideológicas y confesionales. Dicho lo cual, abatidas las inútiles verjas, es crucial para el desarrollo mundial activar líneas de actuación que nos reconduzcan a planteamientos integradores. La brecha que cohabita entre los más pobres y los más ricos en el mundo ha crecido como jamás, acrecentando de este modo los conflictos violentos que tiene sus raíces en tantas injusticias vertidas, con notoria discriminación y pobreza generalizada. En esto sí que hay que ponerse manos a  la acción y ahondar en la capacidad de discernimiento. Hoy por hoy, en el mercado laboral, los jóvenes, los migrantes, las mujeres y los indígenas son los que más a menudo sufren desempleo. También reciben los salarios más bajos o bien ningún ingreso. Sería bueno, por consiguiente, impulsar la transcendencia de políticas sociales de acceso universal, además de modificar las normas sociales, culturales y políticas, así como revisar las actitudes que perpetúan la marginalidad.

    Es indispensable un cambio para construir sociedades avanzadas libres, inclusivas y equitativas, con vocación ecuménica. Tenemos que despojarnos de toda arrogancia dominadora, que lo único que fomenta es el atropello, en lugar de ponernos en asistencia a todo aquel que nos necesita. Ya lo decía Cervantes en su tiempo: "la ingratitud es hija de la soberbia". En este sentido, no se puede permitir que la República Popular Democrática de Corea, continúe lanzando misiles, violentando resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este afán de provocación lo que hace es aumentar mucho más la tensión en el mundo. O ponemos límites para ser cumplidos o esta carrera armamentista nos lleva a la autodestrucción.  Yo me quedo con la rogativa de Gandhi: "Mi arma mayor es la plegaria muda".

    Queramos o no admitirlos, en el horizonte de nuestra época, han crecido los signos de muerte, hasta el extremo de quitar la vida a los seres humanos aún antes de su alumbramiento, o también antes de que lleguen a la meta natural del anochecer. Aquellos que aglutinan el poder debieran pensar en esto, puesto que son responsables de esta cultura dominadora, endiosada, omnipotente, que ni escucha, ni acoge. En cualquier caso, y a pesar de tantos acontecimientos dolorosos que a diario nos sobrecogen, no podemos dejarnos invadir por el desaliento, tenemos una historia detrás, y un camino recorrido, que debe ayudarnos a promover un diálogo sincero que nos fraternice. No será fácil, pero tampoco es imposible, a poco que avivemos el encuentro, apoyándose en el sentido común, sabiendo que ingresar en el terreno de los hechos es asociarse al mundo de los límites. Verdaderamente, la naturaleza impone sus propias leyes. No juguemos, en consecuencia, con armas, porque al fin alguien las utilizará en contra nuestra. El que avisa no es traidor. Dicho queda.

Víctor Corcoba Herrero / Escritor
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Columna | Tierra de Sal

Todas las manifestaciones sociales requieren un análisis profundo. El reciente hecho del aumento del costo a la gasolina no es la excepción. La serie de justificaciones o no justificaciones partidarias, políticas, económicas, sociológicas, comunicativas etc., salen sobrando. El hecho fue, el fuerte golpe asestado a la clase media mexicana. La clase media que es el elemento primordial en la historia de las clases sociales.

Ser de clase media, implica NO ser parte del segmento más numeroso que conforma el crisol ciudadano; implica estar expuesto como mercado publicitario; como segmento meta de las campañas políticas, y también se vuelve el sector más afectado en cuanto a los golpes de su economía, su psicología, su ideología y por ende en su forma de vida.

Estudios publicados en 2014 de la secretaría de economía dio a conocer que en México hay seis clases sociales, de acuerdo con sus funciones, costumbres, situación económica y de poder. Esta división se publicó en el DOF en el documento denominado “Acuerdo por el que se aprueba el Programa Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor 2013-2018“. Y, a partir de este momento, muchos entendimos que, si bien es cierto que estas seis clases sociales que la SE menciona, permiten entender la condición de las clase media (media baja, media media, media alta) y este sector es quien tienen en sus manos el futuro nacional y obvio, n-a-c-i-o-n-a-l-i-s-t-a.

Las seis clases que conforman el panorama mexicano son:

“Baja Baja: Se estima que representa el 35% de la población, y está constituida por trabajadores temporales e inmigrantes, comerciantes informales, desempleados, y gente que vive de la asistencia social.

Baja Alta: Se estima que sea aproximadamente 25% de la población nacional y está conformada principalmente por obreros y campesinos (agricultores). Es la fuerza física de la sociedad, ya que realiza arduos trabajos a cambio de un ingreso ligeramente superior al sueldo mínimo.

Media Baja: Formada por oficinistas, técnicos, supervisores y artesanos calificados. Sus ingresos no son muy sustanciosos pero son estables, se estima que sea el 20% de la población nacional.

Media Alta: Incluye a la mayoría de hombres de negocios y profesionales que han triunfado y que por lo general constan de buenos y estables ingresos económicos. Se estima que sea aproximadamente 14% de la población nacional.

Alta Baja: la integran familias que son ricas de pocas generaciones atrás. Sus ingresos económicos son cuantiosos y muy estables. Se estima que sea aproximadamente el 5% de la población nacional.

Alta Alta: La componen antiguas familias ricas que durante varias generaciones han sido prominentes y cuya fortuna es tan añeja que se ha olvidado cuándo y cómo la obtuvieron. Se estima que sea aproximadamente 1% de la población nacional”.

Interesantes datos ¿no crees? El porcentaje de la estratificación de las clases sociales en México se conforma de la siguiente manera: clase baja suma el 60% de la población mexicana; somos un país pobre, muy pobre. La clase media ocupamos el 34% de la población y la clase alta el 6%.

Te preguntarás que, si a pesar de que sólo representamos el 34%, ¿por qué la clase media se vuelve quien soporta todos los impactos sociales? La respuesta es cruel pero acertada. Las clases bajas por mayores esfuerzos que hagan seguirán sumergidas en la pobreza, sólo un muy pequeño sector de este 25 % de la clase baja alta, tiene la oportunidad de escalar a ser una clase media. La clase alta, tiene su seguridad cautiva y la mantiene por generaciones pese a cualquier embate social que sufra el país.

 La clase media, se vuelve el sector más vulnerable de nuestra sociedad; somos quienes peleamos día a día, por defender lo mucho o lo poco que hemos consolidado; somos quienes en la búsqueda de mejores condiciones de vida salimos día a día a hacer frente a las crisis sociales.

¿Entiendes ahora el escenario que vive México? El papel determinante de esta sociedad de las clases medias que lucha día a día por mantenerse en estabilidad, por dar de comer a los suyos, por sobrevivir como “gato boca arriba” ante todos los escenarios. Somos si no los más en número, SÍ los MÁS afectados. Nos volvemos los sobrevivientes.

Y en este sentido, te dejo algunas imágenes que para mí se vuelven polisémicas, son en torno al gasolinazo + afectaciones + manifestaciones sociales.

MARCHA CONTRA EL GASOLINAZO.

Puebla es un estado que cobra mucha importancia por: primero, la posición estratégica que ocupa en el centro del territorio nacional (centro); segundo, la cercanía con el corazón de México que alberga a todas las instituciones; tercero, somos el séptimo estado en densidad poblacional según datos de cuéntame INEGI; cuarto, Puebla ocupa a nivel nacional el cuarto lugar en pobreza; quinto, nuestro estado y en especial los habitantes de la capital, tenemos una manera muy “sui generis” de vivir nuestras tradiciones y costumbres; desde el conservadurismo tradicional muchas familias poblanas educamos a las nuevas generaciones.

Sentí la necesidad de mencionar estos datos, pues las clases medias poblanas en ocasiones somos poco participativas y apáticas a algunas manifestaciones sociales y, luego de que sucedió el alza a la gasolina, los poblanos de tradición, se organizaron y salieron a exigir sus derechos, o cuando menos a protestar sobre la terrible medida asestada.

Es ahí donde existe el tema de lo social. Lo clase mediero. Lo de familias poblanas. Y, fueron las 10 en punto de la mañana, justo en la avenida Reforma situada en el corazón de Puebla, a un costado de la tradicional explanada del Paseo Bravo y justo abajo del reloj del Gallito donde se dieron cita representantes de más de 5000 familias poblanas.

Atentos y ordenados a la convocatoria, acudieron amas de casa que con bebés en carreolas y niños pequeños de la mano, avanzaron en la marcha. Los señores, muchos por sus rasgos fisonómicos de descendencia española. Llevaban sombreros de ante. Pocas gorras. Los chavos con sus compañeros de la UNI. Las parejas de novios. Portaban lonas y cartulinas verde limón. Maestros. Jubilados de gobierno. Amigas de las jóvenes desaparecidas con camisetas blancas y portando lonas rosas pálido (como pálida la muerte de sus amigas) con el hashtag #NiUnaMenos.

Así transcurrió la columna de ciudadanos. Organizados. Gritaban consignas en contra del gobierno federal. Pero era la molestia que gritaron parejo: contra EPN, contra RMV, contra Bank, contra las instituciones, contra TODOS los legisladores y uno que otro quiso a través de un grito apoyar a AMLO e igual le llovieron rechiflas.

Iniciaron puntuales: 10 am. Avanzaron lento y pausado como si anduvieran en el paseo dominical. Los rostros todos de poblanos de clase media. Trabajadores de todos los días. Maestros, propietarios de algún negocio, dueños de algunas universidades privadas, directores de prepas, estudiantes, amas de casa, escritores, comerciantes, pequeños empresarios. Sólo, los menos políticos, sólo conté a 5. No entiendo a qué fueron, al final del día se sintieron desplazados y se perdieron entre la mancha de gente que los empujaba de un lado para otro. Ellos, los poblanos clase medieros, NO les interesa la política. No creen en los políticos. NO los conocieron. Así transcurrió este “paseo dominical” con un objetivo común: hacerse escuchar; reflejar la molestia; decir que están vivos y defenderán sus intereses.

Para quienes estamos en la intentona de entender estos y otros acontecimientos sociales, me queda bastante claro que, esta manifestación ciudadana fue eso: MARCHA CIUDADANA EN FAVOR DE LOS INTERESES DE LA CLASE MEDIA.

 Las consignas si fueron las más. Pero en más de tres ocasiones se entonó el himno nacional mexicano. Himno que tarareaban en las avenidas; en la plancha del zócalo y tarareamos muchos mientras hacíamos fotos, tomábamos notas o simplemente escuchábamos a los varios oradores en su mayoría ciudadanos clase medieros poblanos.

Interesante ¿no crees?

Twitter : @mayrusmayrus7 | @divandelamujer

Publicado en COLUMNAS
Lunes, 07 Noviembre 2016 13:49

Angustias sociales dulceras

Columna | Desde las Galias.

            1.- Eduardo  Galeano, el ahora ausente vendedor de 4 millones de “Las Venas Abiertas de América Latina”, nos cuenta que Manuela Sáenz Aizpuru, (la misma que machete en mano, o disparando rifles o pistolas defendió al Bolívar indefenso por la enfermedad); en el ocaso de su heroica vida, con una figura demasiado opulenta, creaba con sus  manos allá arriba del Puerto del Callao: jaleas, frutas cubiertas, cremas, mazapanes, compotas, pedazos de cielo, en suma: la dulcería importada de España debidamente criollizada con  olivos, colores, sabores en matices americanos.
            2.- De ahí que limitarme a narrar las anécdotas de algunas centenas de familias poblanas o tlaxcaltecas, dedicadas generacionalmente a crear con sus manos dulces de alta calidad, me encabrona.
            2.1.- Tal encabronamiento parte de conocer un poco la historia del texcal, donde Xicotencatl “el guerrero” con sus pares tan heroicos como el, deseaban el exterminio de los invasores españoles, pero tuvo que someterse a la cadena de mando cuando los 4 señores de la República texcalteca se lo ordenaron.
            2.3.- Ver cromáticamente la existencia del Gran Tlahuicole, traducido algo así como: “escorpión enfurruñado o encabronado”; que conduciendo al ejército azteca sometió a la nación purépecha del ahora Michoacán, negándose como soldado profesional pundonoroso a conducir la conquista de su nación.
            3.- Hoy María Elena Pérez Sánchez fabrica con sus manos los tlaxcales; del Náhuatl Tlaxcall  que significa pan o tortilla de maíz.
            3.1.- Se hace con maíz ni duro ni tierno.   Debidamente harinizado en metate, le agrega guayaba, piloncillo, canela, manteca, royal y huevo, cocidos los ingredientes en comal de barro.
            3.2.- Desgraciadamente fabrica en un país donde los funcionarios privilegian su incompetencia, no haciendo las tareas enunciadas en un programa que viene de un Plan Estatal o Municipal para el desarrollo como es en este caso tlaxcalteca.
            3.3.- A Doña María Elena le ha fallado aquí cerca, el modelo educativo que no enaltece lo nacional, lo local, sino que continúa sometido a ideas colonizadoras: antes de España ahora de los E.U.
            4.- El gobierno entrante de Tlaxcala seguramente como el poblano ya lo hace, dedicará acciones concretas para que lo elaborado en negocios familiares crezcan como los productores de dulces españoles, alemanes, italianos o gringos, incorporando la cultura productiva del pasado cercano a la economía $$$   actual, dejando de lado la idea romántica de que son productos tradicionales.
            5.- Tlaxcala, Puebla, México todo necesita sabores gratos, no solo tragedias diarias.   Gracias por la nota Juan Luis Cruz Pérez de la Jornada de Oriente. Tlaxcala.
            NUESTRA CASA.- ¿Sabía usted?, que en Puebla capital se fabricaban 50 tipos diferentes de cremas.  Sobrevive una: la de almendras, degradada en su calidad por los productores los cuales seguramente lo hacen por el aumento de los costos de producción.

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